El arnés presionaba la parte superior del hocico del asno.

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Una denuncia anónima advirtió al equipo del Seprona de la Guardia Civil de las condiciones en las que se encontraban los dos burros en una finca de Costitx. Era septiembre del año 2014. Uno de los animales estaba atado al suelo con una cuerda, a pleno sol, sufría heridas profundas en el hocico a consecuencia de la presión del arnés y en la parte superior del rabo. El dueño de los asnos comentó este miércoles en el juicio celebrado en Palma que nunca tuvo intención de causar daño al animal.

En vez de llamar al veterinario, el hombre optó por aplicarle aceite de oliva. Justificó que los animales estaban atados porque la finca «está sin vallar». El acusado dijo que cambia a los animales de parcela a diario. «El arnés no lo llevaba estrecho, estaba perfectamente colocado y los burros no pasaban todo el día al sol, los iba cambiando de sitio».

Un sargento del Seprona vio a los dos asnos en el mismo lugar, expuestos al sol, los dos días que acudió a la finca. Una veterinaria que atendió al burro dijo que presentaba «un estado de dejadez» y aseguró que la cabezada la tenía metida en el tabique nasal, donde presentaba una infección. En la parte superior se había producido una deformación por el arnés.

El propietario de los asnos se enfrenta a una petición de seis meses de cárcel por maltrato animal y al pago de la factura de la cura del burro, que asciende a 412 euros.