Martí Taura y Juan Cifre, en la primera jornada del juicio celebrado en la Audiencia de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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«¡Soy inocente!». Este fue el último grito en el juicio de uno de los acusados por el crimen de Pollença, Martí Taura, ‘Mosca’, antes de que un tribunal de la Audiencia Provincial de Palma decretara este viernes su puesta en libertad. La noche del 13 de enero de 2014, Juan Cifre, conocido en el pueblo como ‘Escorpí’, reconoció que quitó la vida a Llorenç Colom, de 84 años, tras asestarle varios hachazos en su domicilio, ubicado en la calle Gonzalo Ferragut de la localidad.

Los dos acusados afrontaban una petición de 25 años de cárcel por asesinato y robo con violencia. El abogado de Martí Taura, Jaime Campaner, concluyó que «se dio carpetazo rápido al asunto, habían transcurrido más de cuatro meses sin que hubieran detenciones. Nos contentamos con las declaraciones contradictorias del tonto del pueblo, con perdón de la familia, a pesar de que no haya un solo vestigio que permita situarlo en el escenario del crimen, que ya sería suficiente para su absolución».

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La hermana del fallecido explicó que encontraron su cuerpo envuelto en una manta y con la cabeza tapada.

El letrado de Juan Cifre, Rafael Llompart, solicitó que impusieran a su representado cuatro años de cárcel por homicidio ya que entiende que hubo un forcejeo antes del crimen. Además, añadió que actuó bajo la influencia de sustancias estupefacientes y que no quedó acreditado que se apoderara de dinero de la víctima.