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La Guardia Civil investiga el robo de una de las campanas, de más de doscientos kilos de peso, de la iglesia de Carracedo, un pequeño pueblo zamorano de apenas cuarenta habitantes, en el que los ladrones se ampararon en la noche y en la lejanía de la iglesia del casco urbano para cometer el hurto.

El robo ha sido denunciado por el párroco, Miguel Hernández, quien ha expresado su temor a que pueda tratarse de bandas que antes se dedicaban a robar cableado de cobre y ahora se hayan fijado en las campanas para vender al peso el bronce del que están hechas.

«Estoy casi temblando ante la posibilidad de que se trate de una nueva modalidad de robo», ha confesado este sacerdote que atiende este anejo de Ayóo de Vidriales y otros catorce pueblos de la zona.

Otra posibilidad es que el robo se haya podido cometer porque alguien se haya encaprichado con ella, aunque el párroco ha subrayado que la campana no tenía gran valor artístico y es más el daño económico que se causa, ya que reponerla puede tener un coste superior a los dos mil euros.

El robo se cometió la noche del miércoles al jueves, días 27 y 28 de abril, y las primeras hipótesis apuntan a que el autor o autores pudieron haber utilizado un camión grúa por la dificultad que en caso contrario supondría bajar desde el campanario y transportar los más de doscientos kilos que puede pesar.

Los ladrones, que dejaron el badajo y el contrapeso de la campana, aprovecharon que era de noche y que la iglesia se encuentra a más de trescientos metros de la primera casa de Carracedo, según ha detallado el sacerdote del pueblo.

Fuentes de la Diócesis de Astorga (León), a la que pertenece esta parroquia zamorana, han indicado que no tienen conocimiento de ningún otro robo de este tipo.