El exgerente del Club Náutico de Cala Gamba, en la Audiencia de Palma, el día del juicio. | Alejandro Sepúlveda

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La Audiencia Provincial de Palma ha absuelto al exgerente del Club Náutico de Cala Gamba de un delito continuado de estafa y otro de falsedad documental por los que fue juzgado en diciembre del año pasado. El Ministerio Público le acusaba de apropiarse de más de 100.000 euros procedentes de la compraventa de amarres fraudulentos y reclamaba una condena de seis años de prisión.

El empresario trabajó en el club náutico de 1997 a 2008 y negó en la vista oral que obtuviera beneficios ilícitos mediante la compraventa de amarres. Sí reconoció que ejerció de intermediario de numerosos contratos y como gerente, alguna vez, intervino en nombre de los socios. «La prueba producida no permite afirmar, fuera de toda duda razonable, que el exgerente hubiera falseado los contratos analizados y engañado a los respectivos intervinientes para apropiarse así de las cantidades que por los mismos le fueron entregadas», refleja la sentencia absolutoria.

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Un informe elaborado por tres socios del complejo náutico plasmaba el descuadre económico. El documento ponía de manifiesto, además de cinco operaciones sospechosas de fraude, un incontable número de desajustes y discordancias. «Si se conjuga con la enemistad latente que entre algunos de sus socios ha sido puesta de manifiesto al tribunal, no puede servirse ser visto como prueba de cargo alguna por los hechos que ocupan».

El empresario, defendido por el abogado Eduardo Morey, explicó en la vista oral que los contratos los redactaba él mismo, utilizando plantillas, pero negó haber falsificado o simulado las firmas de los compradores. El tribunal no tiene duda respecto a la mecánica negociadora llevada a cabo para la ejecución de los contratos.