Los seis acusados, en el banquillo de la Sección Primera de la Audiencia de Palma, durante el juicio. | Alejandro Sepúlveda

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«El perejil que estaba en todas las salsas». El ministerio público define de esta forma a Pedro Gabriel B. P, el supuesto informador de la banda de paramilitares que perpetró entre 2011 y 2013 una decena de robos en viviendas de Mallorca.

En algunos de los asaltos intimidaron y maniataron a sus víctimas y llegaron a utilizar un fusil de asalto. El juicio en la Audiencia de Palma contra esta organización criminal culminó este jueves. Cinco de los seis acusados reconocieron los hechos el lunes en el arranque de la vista oral y este jueves aceptaron penas que suman más de 300 años de cárcel. Por ley cumplirán el triple de la mayor pena que se les imponga.

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El fiscal tiene convicción absoluta de que el informador es culpable. «La Guardia Civil lo dijo bien claro. El nexo de unión con los hechos es él. Este ministerio no acusa por casualidad, sino por causalidad» y manifiesta en su informe que Pedro Gabriel B. P, «el tapado», no sólo intercambiaba soldaditos de Warhammer con el presunto cabecilla de la banda. También intercambiaba información. «Carlos Tomás no dejó de reconocer que su informador era Pedro Gabriel B.P. Soy capaz de sacar información hasta a la presidenta de la sala, llegó a decir con total desparpajo», remarca. La Fiscalía vincula al supuesto informador, el único en libertad en esta causa, a seis golpes distintos.

Los abogados de la acusación particular apoyan la tesis de la Fiscalía, que pide 33 años y medio de prisión para Pedro Gabriel B. P. «No corresponde la imagen de informador inocente manipulado por el líder con la realidad de los hechos». El letrado defensor del presunto informador reclama su absolución al no considerar probada su involucración en los robos.
Los acusados, excepto Carlos Tomás Arán, jefe de la banda, mostraron su arrepentimiento en su última palabra ante el tribunal de la sala.