Isabel Carrasco, en primer plano, y una de sus presuntas asesinas, Triana Martínez, durante un acto del PP de León. | Efe

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El fiscal sostiene que la muerte en mayo de 2014 de la entonces presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, fue un «asesinato» que «estuvo muy bien planificado», en cuya elaboración participaron las tres imputadas por estos hechos y para cada una de las cuales solicita veintitrés años de prisión.

La Audiencia Provincial de León acogerá desde el 18 de enero hasta el 17 de febrero el juicio con jurado por la muerte a tiros de Isabel Carrasco, el 12 de mayo de 2014, que también era presidenta del PP de León, cuando transitaba por una pasarela sobre el río Bernesga para dirigirse a la sede de su partido en esa capital.

En el banquillo de los acusados se sentarán Montserrat González, de 60 años, autora confesa de los disparos que acabaron con la vida de Isabel Carrasco; su hija, Triana Martínez, de 36, y la agente de la Policía Local de León Raquel Gago, de 42.

En su escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía solicita para cada una de las tres acusadas penas que suman veintitrés años: veinte por un delito de asesinato en concurso ideal con otro de atentado a la autoridad, y tres más por tenencia ilícita de armas.

Además, reclama que las acusadas indemnicen, conjunta y solidariamente y por iguales cuotas, con 75.000 euros, a Loreto Rodríguez Carrasco y a Jesús Luis López-Brea, hija y pareja, respectivamente, de la víctima.

La Fiscalía presentará los hechos como «un asesinato que a punto estuvo de convertirse en un crimen perfecto», ya que sostiene que sin la actuación heroica del policía jubilado que presenció la agresión y propició la detención de las acusadas hubiera sido prácticamente imposible vincularlas con el crimen, máxima cuando Montserrat y Triana eran esposa e hija del comisario de la Policía Nacional de Astorga (León).

Como ejemplo del «elevado grado la planificación del crimen», la Fiscalía destaca la utilización de un revólver en lugar de una pistola (que no arroja casquillos), y que el arma tuviera el número de serie borrado para entorpecer la investigación.

Igualmente, llama la atención sobre los seguimientos que las acusadas hicieron a la víctima durante mucho tiempo antes de ser cometido el crimen y el hecho de que Montserrat González, autora confesa de los disparos que acabaron con la vida de Isabel Carrasco, actuase con la cara cubierta por un pañuelo y gafas de sol para evitar su identificación.

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Para el fiscal del caso, Emilio Fernández, el móvil está claro en el caso de Montserrat y Triana, y fue su animadversión hacia Carrasco, a la que acusaban de perjudicarlas en el ámbito laboral y de cercenar la carrera política de la segunda.

En el caso de la agente de la Policía Local de León Raquel Gago, la Fiscalía sostiene que colaboró en el crimen por su amistad hacia Triana, con la que hablaba casi todos los días y sabía por ella la enemistad que sentía hacia Isabel Carrasco.

La Fiscalía tratará de demostrar durante el juicio la culpabilidad de Raquel Gago, que actualmente permanece en libertad bajo fianza, y solicita para ella las mismas penas que para las otras dos acusadas.

En su escrito, el fiscal precisa que sobre las 17,25 horas del 12 de mayo de 2014, Triana Martínez fue a la calle Lucas de Tuy, en León, donde se encontró con Raquel Gago, que la estaba esperando según lo acordado previamente, donde se intercambiaron el arma que la agente de la Policía Local guardó en su coche.

Montserrat González y su hija permanecen ingresadas en la prisión provincial, en Mansilla de las Mulas (León), mientras que Raquel Gago recobró la libertad el 29 de enero de 2015 después de que la Audiencia Provincial así lo decretase bajo fianza de 10.000 euros, revocando la decisión de la magistrada que ha instruido las diligencias.

Isabel Carrasco murió tras recibir tres disparos el pasado 12 de mayo a las 17,15 cuando atravesaba una pasarela peatonal sobre el río Bernesga para dirigirse a la sede del PP en el Paseo de Salamanca.

La Policía detuvo veinte minutos después a Montserrat González y a su hija Triana Martínez como supuestas autoras, gracias a la colaboración de un agente jubilado que presenció la agresión y siguió a primera, mientras que 48 horas después Raquel Gago entregó en Comisaría el arma homicida y explicó que la había encontrado en su coche sin saber cómo había llegado hasta ahí.

Montserrat González confesó ante la Policía ser la autora de los disparos, y afirmó que había actuado movida por el odio ya que responsabilizaba a Isabel Carrasco del despido de su hija de la Diputación de León y de cercenar su carrera política en el PP.