Aina Maria Mora Riera, posando junto a los autobuses de la línea 3 que cubren la ruta Palma-Illetes. | Alejandro Sepúlveda

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Aina Maria Mora Riera, vecina de Illetes, en Calvià, está viviendo una auténtica pesadilla. Desde hace varios meses mantiene una guerra abierta contra un grupo de conductores de la EMT (Empresa Municipal de Transports) a los que acusa de hacerle la vida imposible.

«Todo comenzó hace unos tres meses. Cada día tengo la necesidad de coger hasta en cinco ocasiones autobuses de la línea 3 (Illetes) para acudir a mi puesto de trabajo. En una ocasión, el autobús llegó media hora tarde y cuando entré al mismo le recriminé al conductor en tono jocoso que había llegado tarde. No os podéis imaginar como se puso aquel buen hombre. Comenzó a gritarme hasta el punto que varios pasajeros tuvieron que intervenir y pedirle que se calmara. Acto seguido, acudió a las oficinas de la EMT y presenté una queja. Alguien de la empresa les informó que había denunciado lo acontecido y a partir de ese momento estoy sufriendo sus represalias», añade Aina Maria.

A raíz del incidente, se entrevistó con Joan Ferrer, gerente de la EMT y con José Hila, alcalde de la ciudad. «Hay muy buenos profesionales en la EMT pero también tengo que decir que hay unos cuantos enchufados que son un peligro. Nada más salir de hablar con Joan Ferrer, los chóferes más conflictivos ya estaban informados de todo. Esta gente están acabando con mi vida. No hace mucho, uno de estos delincuentes me tuvieron retenida en una parada dentro del autobús más de 10 minutos sin dejarme salir. De lo nerviosa que me puse tuve que acudir al PAC de urgencias porque la tensión se me subió al 23. El problema es que hay muchos usuarios que padecemos los malos modos y las faltas de respeto de esta gente que dicen ser profesionales de la conducción», puntualiza Aina Maria Mora.