Pep Roses junto los viñedos afectados. | Teresa Ayuga

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El Equipo ROCA de la Guardia Civil, que investiga el ataque contra los viñedos de las bodegas de José Luis Ferrer en Binissalem, baraja como hipótesis principal una venganza. Lo cual es extraño porque el empresario afectado no es en absoluto conflictivo y no se le conocen enemigos. Con todo, no se descartan otras posibilidades, como que se tratara de un acto vandálico.

Sin embargo, hay algunos datos que hacen poco factible esta última posibilidad. Los desconocidos se tomaron demasiadas molestias y tiempo -cerca de cuatro horas- en cortar una por una un total de 1.200 cepas.

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Este viernes la Guardia Civil comenzó a tomar declaración a trabajadores de la finca, para saber si algunos de ellos reparó en alguna circunstancia extraña los últimos días del año antes del asalto a las bodegas. Las cepas están ubicadas en un camino relativamente poco transitado, por lo que los agentes también se han entrevistado con los vecinos de las fincas colindantes por si el día de fin de año vieron a algún sospechoso merodeando por la zona.

Los asaltantes utilizaron unas herramientas especiales para destrozar las cepas, lo que apuntalaría la hipótesis de una venganza.