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El propietario de la única vivienda existente en la pista forestal donde se localizó el cuerpo de Asunta Basterra ha asegurado este lunes frente al jurado que pasó esa noche hasta tres veces por el lugar en el que se encontró el cadáver entre las 23.00 horas y la medianoche, pero no vio el cuerpo. «Si hubiese estado allí, juro por mi madre que la habríamos visto», ha zanjado.

El primero de los testigos en declarar en esta quinta jornada del juicio por la muerte de Asunta ha narrado que durante la noche del 21 de septiembre de 2013 realizó junto a su mujer un paseo por el entorno de su vivienda, en el transcurso del cual llegó a pasar hasta tres veces por el punto en el que fue hallado el cuerpo de la niña.

Sin embargo, ha defendido que en ningún momento vio el cadáver que, según relato de los hechos justiciables, ya se encontraba allí. El hombre, que durante el paseo portaba una pequeña linterna, ha afirmado, igual que ya hizo en instrucción, que habría visto el cuerpo si estuviese donde se localizó.

«Para mí que la niña no estaba», ha sentenciado el testigo, quien ha contado que las huellas de su mujer fueron localizadas por los investigadores «a 60 centímetros de la niña», dado que paseaban por el margen en el que apareció el cadáver, sobre un talud sin vegetación por delante.

Aunque ha reconocido que no «es Dios» y podría «equivocarse» en este extremo, el hombre ha defendido que es «muy difícil» no verla en esa zona. «Si estuviera ahí, juro por mi madre que la habríamos visto», ha resumido.

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A mayores, ha explicado que el lunes posterior al hallazgo, cuando realizó con la Guardia Civil una reconstrucción de su paseo, vio el señuelo -una prenda oscura- que se había ubicado donde se encontró el cadáver para comprobar si tendría que haberla visto. «Yo vi una prenda oscura, pero estaba colocada más allá de donde apareció la niña», ha sentenciado.

Visibilidad

En la misma línea, la mujer del primer testigo, que ha declarado en segundo lugar, ha sostenido que durante esa noche no vio nada en el lugar donde se encontró el cuerpo a pesar de que era una «noche de luna» en la que había mucha visibilidad.

Durante esa noche, los propietarios de la casa vieron pasar por la pista un vehículo blanco, que circuló y retrocedió hasta en tres ocasiones -de los hombres que encontraron el cuerpo de la menor-. Asimismo, también advirtieron un vehículo rojo estacionado en las inmediaciones de la pista forestal, con un hombre en su interior que hablaba por teléfono, pero no recuerdan haber visto pasar otro turismo en la zona durante esa noche.

El mismo día de los hechos, la Guardia Civil preguntó a la mujer si había visto en el lugar un Mercedes verde -el de Rosario Porto-, aunque ella afirmó que no.