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La Guardia Civil logró detener al presunto asesino de Eva Blanco tras una investigación que ha durado más de 18 años gracias a una prueba de ADN y a un laborioso proceso que investigación en el que fue determinante la identificación del hermano del detenido.

El Ministerio del Interior ha ofrecido este viernes nuevos detalles de la investigación que permitió arrestar en Francia al presunto autor del crimen, un hombre de 52 años, identificado como A.C.G., ciudadano español de origen marroquí, que salió de España en 1999.

Durante la «Operación Pandilla», abierta por el Grupo de Homicidios de la Guardia Civil tras el hallazgo del cadáver de Eva el 10 de abril de 1997 en una cuneta de una carretera en Algete, en Madrid, se abrieron más de cien líneas de investigación.

Entre ellas, el 8 de octubre de 2013 se solicitó al Instituto de Ciencias Forenses de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela un estudio de la muestra genética hallada y custodiada por la Guardia Civil.

Los avances en genética forense permitieron extraer nuevas conclusiones de esa muestra y en enero de 2014 se recibió el informe de los expertos, que ha resultado transcendental para los investigadores al revelar que el propietario del perfil era un varón de origen norteafricano.

Tras solicitar el padrón al Instituto Nacional de Estadística y al municipio de Algete, se logró estrechar el cerco sobre los varones norteafricanos que en la época del suceso estaban empadronados en la localidad madrileña.

Desde este momento, las pesquisas policiales se enfocaron en unas 200 personas que vivieron en Algete entre 1995 y 1999, lo que llevó a los agentes encargados de la investigación a viajar por diferentes provincias de España.

En una de esas entrevistas, a principios del pasado mes de septiembre, se logró obtener un perfil de ADN que, tras ser remitido al Departamento de Criminalística de la Guardia Civil, dio positivo aunque no coincidió al 100 % con el encontrado en el cuerpo de Eva Blanco en 1997. Todas las investigaciones se centraron entonces sobre esta persona y su círculo familiar.

Era el hermano del presunto asesino, al que se llegó tras localizar a todos los familiares por línea descendente paterna.

Los investigadores se centraron en el varón residente en la localidad francesa de Pierrefontaine Les Varans, que había salido de España en el año 1999, dos años después del crimen.

El ministro del Interior ha subrayado el «destacado rigor científico de esta investigación» y el «impecable» tratamiento dado a las muestras recogidas.

En base al tratado de Prüm, y a través de la Unidad Orgánica de Policía Judicial, se iniciaron los trámites de colaboración con la Gendarmería francesa y resto de autoridades galas, que han colaborado con la Guardia Civil en todo momento, según Interior.