Francisco Javier Portillo, en una imagen reciente junto a su prima. El joven, vecino de Inca, era un apasionado de los deportes.

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«He tenido que dejar el trabajo para cuidar a mi hijo. Tras 33 días en coma ha despertado, pero tiene daños cerebrales porque le patearon la cabeza. No sabemos si volverá a hablar algún día o si quedará tetrapléjico. Sólo pido justicia».

Magdalena González es la madre de Francisco Javier Portillo, el joven de 22 años que fue brutalmente apaleado en el párking de una discoteca de Alcúdia el pasado 16 de agosto. El joven ha pasado más de un mes en coma, en Son Espases, y le han quedado gravísimas secuelas. «Esa noche salió con su novia y otra pareja, a celebrar que el lunes empezaba a trabajar conmigo en el hotel», relata a Ultima Hora la madre. A las seis de la mañana, cuando estaba en el párking de la discoteca Mágic, a punto de marcharse, llegó un amigo y le pidió ayuda: «Casi lo saca a empujones del coche. Resulta que entre siete estaban pegando a Isma, un amigo suyo, y él intentó mediar y calmar los ánimos», cuenta Magdalena. Sin embargo, uno de los agresores, un joven marroquí que practica artes marciales, le lanzó una patada en el aire que le dio en la nuca y Francisco se desplomó. «Lo que pasó luego es algo increíble. Ni a un perro le hacen lo que hicieron a mi hijo. Los otros seis empezaron a patearle la cabeza, hasta que mi hijo convulsionó y sacó espuma por la boca», añade la progenitora.

Grabado
Parte de la salvaje agresión fue grabada por algunos testigos y la Guardia Civil consiguió detener a los siete implicados, tres de los cuales ingresaron en prisión.