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La Guardia Civil trata de encontrar desde hace más de ocho años a Yéremi Vargas, un niño que desapareció cuando tenía siete años en Vecindario (Gran Canaria), una zona próxima a donde este miércoles apareció un cráneo «compatible» con el de un menor de edad.

Yéremi Vargas fue visto por última vez el 10 de marzo de 2007 y desde entonces la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil no ha cejado en el empeño en su búsqueda y la de los posibles responsables de la investigación, centrada en el entorno de agresores sexuales.

Las fuentes de la investigación consultadas han subrayado la necesidad de ser prudentes ante el hallazgo de los restos óseos y han añadido que la comprobación de si pertenecen o no a Yéremi no será rápida.

También el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha apelado a la prudencia y, tras confirmar el hallazgo de un cráneo, ha preferido no dar más información por «la más elemental precaución».

Los investigadores que tratan de esclarecer la desaparición del niño pusieron el foco sobre posibles agresores sexuales; en noviembre de 2013, se conoció que el instituto armado indagaba sobre tres pederastas escoceses, dos de ellos en la cárcel en su país, por si tuvieran alguna relación con la desaparición.

Los agentes se desplazaron en octubre de ese año a Escocia para tomar declaración a los tres investigados, que guardaron silencio respecto a la desaparición del niño cuando jugaba con sus primos en un solar.

Los tres se encontraban en Gran Canaria cuando ocurrió la desaparición del menor, por lo que la Guardia Civil, que manejó el móvil sexual como la hipótesis más probable, difundió la foto de dos de ellos.

Según las fuentes, uno de los reclusos cumple cadena perpetua en una cárcel escocesa por homicidio y desaparición de una madre y agresión sexual al hijo de ésta, mientras que el otro preso también está condenado por agresiones a menores.

El tercero, en libertad, ha sido investigado en varias ocasiones por el mismo delito.

Los tres estaban en marzo de 2007 en Gran Canaria y tenían relaciones de amistad y de trabajo en el barrio de Los Llanos, donde se ubicaba la vivienda familiar de Yéremi. De hecho, los dos encarcelados tenían una empresa de limpieza en la isla de nombre Rainbow Cleaning Service S.L.