Imagen de los restos del aparato que se estrelló el 24 de julio del año pasado. | Reuters

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Un año después de que un avión de Swiftair se estrellara en Mali y provocara un centenar de víctimas, las investigaciones de las autoridades francesas apuntan a una serie de errores en la respuesta que dieron los pilotos a la congelación de las sondas exteriores. Según publicaba este viernes el diario El País, las juezas francesas Raphaëlle Ageine-Fecamp y Sabine Kheris informaron a familiares de las víctimas en una reunión el pasado mes de junio del estado de las pesquisas.

El punto de partida es que el vuelo se encontró con unas temperaturas más bajas de lo esperado en una tormenta en la que se llegaron a valores de 32 grados bajo cero. Eso provocó la congelación de la sonda. El avión comenzó a perder velocidad. Según los datos de la caja negra, apenas 25 minutos después de despegar del aeropuerto de Uagadugú en Burkina Faso los motores se pusieron al mínimo. El hielo hizo que las sondas realizaran mediciones incorrectas de manera que el ordenador del avión reguló de forma automática el rendimiento de los motores de forma errónea.

La comisión francesa sostiene que los pilotos no interpretaron la situación de forma correcta y no activaron el sistema del que estaba dotado el avión para eliminar ese hielo bastaba con apretar un botón. Un segundo fallo que se achaca a los pilotos es que, una vez que el aparato perdía altura, se decidió elevar el morro, lo que habría agravado el problema.

Otras fuentes cuestionan si la aerolínea había dado suficiente formación a los pilotos para afrontar esa situación y si los sistemas que había montado el fabricante eran suficientes para un problema de formación de cristales de hielo.
La tripulación de la aeronave era íntegramente española. Entre ellos estaban el piloto, Agustín Comerón que vivía en Sant Marçal (Marratxí) y la primera oficial, Isabel Gost, de sa Pobla.

Al hilo de las primeras conclusiones de la investigación francesa, que aún está por concluir, el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas(Sepla) ha pedido que la investigación del accidente se extienda a «todos los factores que produjeron el accidente», y no se limiten a «buscar culpables».

En una nota de prensa con motivo de este aniversario, el Sepla ha recordado que el informe preliminar de la comisión de investigación francesa concluyó que las sondas exteriores del avión se habían congelado debido a la baja temperatura exterior, provocando que los valores que determinan la potencia que suministran los motores de la aeronave no fueran exactos, lo que provocó la entrada en pérdida del avión.

Según el Sepla, los pilotos, que no tenían la información adecuada en cabina para determinar la causa de dicha entrada en pérdida, no pudieron responder a ella con el protocolo adecuado, y elevaron el morro del avión haciendo que éste descendiera más rápido.

En este sentido, insisten en que en el momento del accidente existían precedentes de engelamiento (la formación de hielo sobre la superficie de las aeronaves) de las sondas, sin que posteriormente se tomaran las medidas oportunas al respecto para evitar accidentes similares en el futuro.

El avión, que operaba para la aerolínea argelina Air Algerie, perdió altura mientras sobrevolaba una zona tormentosa hasta caer contra el suelo, lo que causó la muerte de 116 personas. La mayor parte del pasaje, 54 personas, eran de nacionalidad francesa. El avión, un MD-83 se estrelló a 160 kilómetros al suroeste de la capital de Mali. Su destino era Argel.