Los dos acusados, en el banquillo. | Alejandro Sepúlveda

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Los asesinos de Alaró, Andreu C.T, y Francisco A.R., quienes son acusados del asesinato del padre del primero en junio de 2013, han confesado este lunes los hechos admitiendo el delito de asesinato del que se les acusa y han aceptado una pena de 17,5 años y de 16,5 años de cárcel, respectivamente.

Andreu C.T. y Francisco A.R., quienes son juzgados por un jurado popular, acusados del asesinato del padre del primero, de 57 años de edad, en junio de 2013 en Alaró, han confesado los hechos, por lo que el fiscal y las partes han modificado sus conclusiones iniciales. No obstante, el jurado popular todavía debe emitir su veredicto.

Durante el turno de palabra, ambos han pedido «perdón» y han mostrado su arrepentimiento. «Quería decir que siento mucho todo lo que hice y pedir perdón a la familia entera por el desastre que hice», ha declarado Andreu, el hijo de la víctima.

Mientras, Francisco ha pedido «perdón por todo lo ocurrido» a la familia de la víctima» y ha querido expresar su «arrepentimiento sincero», especialmente a su propia familia «por tener que pasar por esta situación».

ASESINATO CON ALEVOSÍA, CON AGRAVANTE DE PARENTESCO PARA ANDREU

La Fiscalía pedía condenas de 25 y 22,6 años de prisión, respectivamente, aunque finalmente el fiscal ha solicitado 17,5 y 16,5 años para Andreu y Francisco. A ambos se les acusa de asesinato con alevosía, con el agravante de parentesco para el primero.

Durante el juicio, los acusados no sólo han confesado los hechos que acabaron con la vida del padre de Andreu, sino también han admitido que el día de antes intentaron acabar con su vida, aunque finalmente desistieron de hacerlo ese día.

«No hay ningún tipo de duda sobre los autores, sobre cómo se cometieron los hechos, ni sobre el dónde y el cuándo se ejecutaron los hechos», ha declarado el fiscal, quien ha incidido en que los asesinos desistieron de asesinarlo el primer día que tenían previsto porque la víctima opuso «cierta resistencia».

«Desisten para no asumir riesgos y vuelven al día siguiente armados y le atacan para no posibilitar una defensa seria y real. Mataron cómodamente y sin asumir riesgos», ha hecho hincapié la Fiscalía.

Por su parte, el abogado de Andreu, Laureano Arquero, ha admitido que «no hay nada más feo y terrible» que matar a un padre, si bien ha explicado que hay «una serie de matices» que podrían condicionar «que una criatura de 20 años mate a su padre, vínculos y conflictos familiares que ha tenido que vivir hasta una situación de desazón y desesperación, aislamiento, manipulaciones, todo tiene un porqué», ha declarado la defensa del hijo de la víctima, quien ha aclarado que no pretende «justificar conductas».

LA DEFENSA DESTACA EL «ARREPENTIMIENTO»

Mientras, el abogado de Francisco, Antonio Monserrat, ha incidido en que su cliente está «profundamente arrepentido» por el «atroz crimen» cometido, así como por el daño causado a su familia.

Durante el juicio, uno de los asesinos, Andreu, ha admitido que se puso de acuerdo con su amigo para matar a su padre y ha explicado que le golpearon con varios objetos hasta causarle la muerte y abandonar el cuerpo en un vehículo que dejaron en un descampado. Francisco, por su parte, ha coincidido con el relato de Andreu y ha detallado cómo la víctima «no tuvo posibilidad de defenderse».

En la sesión ha declarado también el Guardia Civil responsable de la investigación, quien ha relatado los diferentes indicios y pruebas que llevaron a la detención de los dos jóvenes. También ha explicado que los ataques tuvieron lugar en la planta de arriba de la vivienda de la víctima y ha señalado que no tuvieron «ninguna duda» de que los detenidos eran los autores del crimen.

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Finalmente, los forenses han apuntado que el cuerpo de la víctima presentaba 41 lesiones, la mayoría de ellas en la cabeza y «de gravedad suficiente como para haber producido la muerte» puesto que «muchas de ellas eran compatibles con fracturas de los huesos del cráneo». Además, han señalado que había heridas que se produjeron al mismo tiempo.

El forense también ha aclarado que los autores le reconocieron los hechos y que no sufrían «ningún trastorno». «Estaban en plenas condiciones de declarar», ha añadido.

INDEMNIZACIÓN DE 90.000 EUROS

Además, de a las penas de prisión, a los jóvenes se les prohíbe acercarse a menos de 500 metros y comunicarse con la hermana de la víctima durante 25 años para su sobrino y durante un periodo de 24 años para el amigo de éste. También, deberán indemnizar a la hermana del fallecido con 90.000 euros y el parricida será declarado indigno para suceder a su padre.

Cabe recordar que los hechos ocurrieron en la casa de Alaró de la víctima y según las investigaciones intentaron acabar con su vida sin éxito un día antes del asesinato, cuando lo adormilaron con somníferos ocultos en una pieza de bollería.

En esa ocasión, una vez que la víctima se había acostado para dormir, uno de los chicos le golpeó en la cabeza con un palo mientras el otro alumbraba con una linterna. El hombre braceó y los jóvenes huyeron de la habitación.

La noche siguiente, lo golpearon con un palo al que previamente habían colocado clavos de diez centímetros y lo persiguieron por toda la vivienda atacándole con otros objetos, como un jarrón, un martillo y un altavoz de gran tamaño.

El cuerpo del fallecido, que fue hallado en el interior del maletero de un Land Rover blanco en una finca en Bunyola, presentaba 19 lesiones craneales, una hemorragia cerebral masiva y varias fracturas, además de heridas en el tronco y extremidades.

DETENIDOS DESPUÉS DEL FUNERAL

Andreu C. y Francisco A. fueron detenidos después del funeral, celebrado en Alaró, y separados en distintos cuarteles. Después de que la Policía Judicial encontrara restos de sangre en teléfonos y paredes de la casa, finalmente confesaron ser autores del crimen.

Francisco A., de Zaragoza, se encontraba pasando unos días en la isla y durante los interrogatorios sostuvo que participó en el crimen por estar enamorado de su amigo.

La representación legal de la hermana de la víctima ya consiguió en 2013 que un juzgado de primera instancia de Palma impidiera al asesino confeso solicitar de momento su legado. La ley marca que un heredero será declarado indigno de recibir un legado en caso de que haya cometido un delito doloso contra el autor del testamento, pero no basta con la confesión, sino que es necesaria una sentencia firme penal.

Andreu C. era el heredero único del empresario, quien dos semanas antes del crimen había modificado su testamento para desheredar a sus otros dos hijos por desavenencias familiares.

No obstante, según la confesión y los mensajes interceptados por los investigadores, el dinero no fue el móvil fundamental del crimen. Aunque sí habían hablado de qué pasaría con la herencia, Andreu aseguró que había matado a su padre por el trato humillante que éste le daba.