Los extrabajadores afirman que las cocinas estaban muy sucias. En esta imagen de carne en salsa se ve una cucaracha.

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Agentes del Cuerpo Nacional de Policía han remitido a la autoridad judicial nuevas diligencias de actuación contra el dueño de una conocida cadena de restaurantes de tapas de Palma.

En esta ocasión, las acusaciones han sido documentadas con pruebas gráficas y las testifícales de dos extrabajadores del local. Concretamente se trata de un excocinero y de la encargada de uno de sus restaurantes.

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«Yo estaba embarazada de cuatro meses cuando me lastimé con un lavavajillas del restaurante. Tras acudir a la mutua, el médico me dio la baja. No había transcurrido ni una semana y el dueño me llamó para pedirme por favor que me diera de alta y que regresara a trabajar. Aún estando convaleciente, pedí el alta voluntaria y me presenté a mi puesto de trabajo. Ese mismo día me estaba esperando con el despido en la mano. Desde que la Policía Nacional lo detuvo, el propietario regularizó los contratos de los empleados y nos puso a todos a ocho horas, pero a la hora de pagarnos (en negro) nos descontaba el IRPF», relata Fátima, una de las empleadas del local.

El caso de Juan Antonio es similar. « Me operaron de una fístula y me despidió porque se pensaba que estaba haciendo cuento. A la salida del quirófano le envié una foto para que viera que no mentía. He estado varios años trabajando con un contrato de dos horas cuando realmente hacía jornada completa. En cierta ocasión con un cuchillo jamonero cazamos una rata y luego lavamos el cuchillo con el agua hirviendo de los pulpos», concluye Juan Antonio. El propietario del establecimiento ya fue detenido y se le notificó la apertura de varios expedientes sancionadores, tanto por parte de Inspección de Trabajo como del departamento de Sanitat del Govern balear.