El individuo durante un traslado a los juzgados. | Alejandro Sepúlveda

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La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares juzgará este miércoles, a partir de las 10.00 horas, a un hombre acusado de violar a una prostituta, el 7 de septiembre de 2011, en un habitáculo del estadio Lluís Sitjar de Palma donde aquel residía habitualmente y en el que mantuvo retenida a la joven de forma ilegal.

El procesado ya fue condenado por la Audiencia a 13 años de prisión por hechos similares acaecidos en 2012.

En concreto, el Ministerio Público solicita 15 años de cárcel para el inculpado (diez años por un delito de agresión sexual y cinco por otro de detención ilegal), mientras que pide que se le imponga una multa de 600 euros por una falta de lesiones. Asimismo, reclama que indemnice a la víctima con 15.150 euros por las lesiones y los daños morales causados.

En concreto, fue sobre las 5.30 horas cuando el inculpado, Amadou K.D., natural de Mali, entabló conversación con la joven, quien ejercía la prostitución en la Puerta de Sant Antoni. Tras solicitar sus servicios sexuales a cambio de unos bolsos que portaba, el procesado la introdujo de forma sorpresiva y violenta en su coche mientras le agarraba del pelo y del brazo, según relata la Fiscalía.

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Tal y como señala, una vez dentro del vehículo, el inculpado trasladó a la mujer hasta el Lluís Sitjar y, una vez dentro de la estancia que solía ocupar, cerró la puerta por dentro, la lanzó sobre la cama y, como quiera que la víctima cruzaba las piernas al negarse a mantener relaciones con el acusado, éste logró finalmente vencer su resistencia hasta consumar sus deseos libidinosos.

La acusación sostiene que, tiempo después y con ánimo de nuevo de satisfacer sus instintos sexuales, actuó del mismo modo con la joven, no sin antes abofetearla. Tras ello, el procesado abrió la puerta y le dijo a la víctima que se fuera.

Amadou K.D. fue en 2013 condenado por violar tres veces a una joven en el estadio palmesano así como a una prostituta a la que forzó a mantener otra relación sexual al margen de la que previamente habían llevado a cabo de forma consentida, tal y como consideró acreditado el tribunal de la Sección Segunda.

Durante el juicio por estos hechos, el acusado alegó que anteriormente había mantenido relaciones sexuales consentidas con la primera joven y que esa noche ella le llamó a él para «pegarse una fiesta», lo cual fue negado por la víctima sin que, según el tribunal, exista la más mínima prueba de ello.

El inculpado, al ser preguntado cómo se explicaba la denuncia interpuesta contra él, no acertó a dar motivo alguno, descartando la Sala que se tratara de una denuncia falsa.