Sebastià, uno de los agentes de la Patrulla Verde, realizando una medición perimetral. | Julio Bastida

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La Patrulla Verde de la Policía Local de Palma ha sido la responsable, un año más, de velar por la seguridad y el ruido de la Fira d’Abril de Palma. Un acontecimiento celebrado en el Polígon de Son Rossinyol, entre los días 24 de abril y 3 de mayo. Los agentes, al mando del subinspector Bartomeu Capó, fueron los encargados de controlar los 28.588 metros cuadrados y las nueve casetas de música y ambientación exclusivamente sevillana. El aforo máximo permitido en esta edición fue de 4.900 personas (frente al aforo del 2014 de 13.200 personas).

La denominada ‘operación Rebujito’ ha sido todo un éxito. «Este año la Casa de Andalucía, como entidad organizadora, se marcó el objetivo de recuperar una feria de carácter familiar. En las caseta sólo se han desarrollado actividades relacionadas con la cultura, la música, el baile y la gastronomía infantil, por consiguiente, el número de incidentes ha sido mínimo», apunta uno de los agentes consultados.

«Los horarios de las actividades se han reducido. El cierre se ha realizado a las 03.30 horas las vísperas de días festivos y a la 01.30 horas el resto de días sin ningún incidente», comenta Capó, jefe de la Patrulla Verde.

Antes de iniciarse la feria, los agentes de la Patrulla Verde comprobaron que en el interior de las casetas el número de decibelios no superara los 95. Además, todos los equipos de música disponían de limitadores. La unidad especializada de la Policía Local de Palma también comprobó que toda la documentación, seguros y plan de emergencia estaba en regla.