Los tres jóvenes acusados de un delito de atentado, durante el juicio.

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Tres jóvenes y dos policías locales de Calvià compartieron banquillo de los acusados por una pelea en plena playa de Magaluf. Los agentes acusan a los otros tres de agredirles al grito: «A por los polis, que son menos» para luego escapar. Los jóvenes piden a través de su defensa cinco años de cárcel para cada uno de los policías por detención ilegal y trato degradante.

En septiembre de 2011 un grupo de cinco adolescentes estaban en la playa de Magaluf, según dijeron de botellón. Cuando se iban fueron abordados por una pareja de policías locales de paisano. Los agentes aseguran que se identificaron y enseñaron sus placas y que acudieron al lugar porque habían recibido un aviso de que un grupo rondaba las pertenencias de unos turistas que estaban en el agua para robarles.

Los jóvenes niegan que los policías se identificaran. Eso sí, todos ellos relataron que al principio colaboraron y que pusieron sus pertenencias en el suelo. Sin embargo, cuando uno de los agentes le cogió el móvil a uno de ellos afirman que creyeron que les estaban robando y reaccionaron. Eran cinco contra dos.

Uno de los policías ratificó que esa confusión sí pudo producirse: «A saber por qué pensaron eso. Enseñé la placa y me oyeron hablar por la radio».

La Fiscalía sólo acusa a los tres jóvenes de un delito de atentado por el que les reclama dos años de prisión. En su relato al final del juicio mantiene que dos de los jóvenes la emprendieron a golpes con uno de los agentes mientras que el otro lanzó patadas al otro policía.

Los jóvenes sostienen que fueron los policías quienes la emprendieron a golpes con ellos cuando se negaron a entregar el teléfono. Uno de ellos relató que, tras la detención a uno de sus compañeros «le humillaban y le daban collejas». Sus compañeros cuentan que recibieron patadas y golpes con una porra extensible por parte de los agentes.