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Una joven que supuestamente fue obligada por su madre a prostituirse cuando tenía 15 años ha relatado durante el juicio que su progenitora le forzaba a esa actividad diciéndole que tenía que mandar dinero a la familia en Paraguay y que «es lo que había y no podía haber otra cosa».

La Sección Segunda de la Audiencia de Madrid juzga desde hoy a Nidia Rosa C.C. y a Juan Antonio L.P. por un delito de prostitución con agravante de parentesco por el que la Fiscalía pide seis años de prisión para la mujer y cinco para él.

Están acusados de obligar a prostituirse a la hija de la primera, que ahora tiene 21 años, cuando tenía 15 y durante aproximadamente un año.

Según el relato del fiscal, para vencer la resistencia de la joven, la madre -de origen paraguayo y sin residencia legal en España- le decía que necesitaba el dinero para alimentar a todos sus hermanos y la amenazaba con que, si se negaba, obligaría a prostituirse a su hermana dos años menor que ella.

El hombre acusado era la pareja de la imputada y, según la Fiscalía, actuaba de común acuerdo con ella, llevando en ocasiones con su coche a la joven a los clubes de alterne.

La víctima ha asegurado hoy en el juicio que su madre la obligada a prostituirse en clubes y pisos diciéndole que tenía que enviar dinero a la familia en Paraguay y, ante su resistencia, le decía que «eso era lo que había y no podía haber otra cosa».

Entre sollozos y con un hilo de voz, la joven ha incidido en que le dijo a su progenitora que no quería ejercer esa actividad, y de hecho con 16 años se rapó el pelo para no resultar atractiva para nadie.

También ha dicho que la pareja de su madre la llevaba en ocasiones a los clubes o pisos en los que la obligaban a prostituirse.

La joven ha sostenido que quería declarar hoy «para que todo esto acabe», pero le costaba hacerlo porque lo tiene todo «enterrado».

La acusada ha dicho sin embargo que ella llegó a España en 2008 con sus dos hijas porque en este país el nivel de estudios es más alto, y ella personalmente llevaba a las niñas al colegio, pero la hija mayor era rebelde y a veces no asistía a clase, según le comunicaba luego el centro.

Preguntada sobre si cree que su hija podía ejercer la prostitución, Nidia Rosa C.C. ha contestado que no lo cree probable, aunque ha sostenido que la menor era «muy rebelde» y llegó a raparse la cabeza por su forma de ser.

Ha asegurado que su hija mayor siempre «quería la libertad», y ella trataba de que estudiase y, cuando no quiso estudiar la puso a trabajar en una peluquería hasta las diez de la noche.

Por su parte, el otro acusado ha relatado que sí conocía a la joven pero no le consta que ejerciera la prostitución, aunque sí era muy rebelde y a veces no iba al colegio.

Ha asegurado que a él llegó a amenazarle con denunciarle, lo que finalmente ocurrió y por eso hoy está acusado. Los dos acusados por esta causa están actualmente en libertad.