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El Rey ha enviado este miércoles un telegrama al presidente tunecino, Béyi Caïd Essebsi, en el que condena «con toda firmeza» el «execrable y cobarde» ataque terrorista y reafirma el «firme compromiso» de España para «seguir colaborando estrechamente» con Túnez en favor de la paz, la convivencia y la prosperidad.

Según han informado fuentes de la Casa del Rey, don Felipe está «permanentemente informado» sobre las consecuencias de la acción terrorista de Túnez y «especialmente interesado» por las víctimas españolas.

Al menos ha muerto un español -que no ha sido identificado- y varios han resultado heridos en el atentado y la posterior operación de rescate, cuando han fallecido un total de 22 personas, entre ellos al menos 17 turistas de seis países: Sudáfrica, Polonia, Italia, Alemania y Japón, además de España.

En el telegrama enviado a Essebsi, el Rey se muestra «hondamente impresionado» por la noticia del atentado y traslada al presidente de Túnez su «mayor sentimiento de pesar» en su nombre, el del Gobierno y el del pueblo español.

«Al condenar con toda firmeza este execrable y cobarde acto de terrorismo -continúa el mensaje-, quiero renovaros nuestro firme compromiso de seguir colaborando estrechamente, en aras de alcanzar la paz, convivencia, progreso y prosperidad para nuestras naciones y nuestros pueblos».

«La Reina y yo desearíamos trasladar, por vuestro intermedio, nuestra solidaridad y cercanía con los familiares de las víctimas, con el deseo de una pronta recuperación para los heridos, al tiempo que enviamos un afectuoso recuerdo al querido pueblo tunecino», concluye el jefe de Estado español.

Varios ciudadanos españoles quedaron en manos en manos de los terroristas durante las seis horas que duró el ataque, que concluyó con el asalto de las fuerzas de seguridad tunecinas al Museo del Bardo.

Esos españoles formaban parte de un grupo de cuarenta hispanohablantes que realizaban un crucero por el Mediterráneo, según ha informado el guía, quien ha explicado que un joven abrió fuego con una metralleta y mató a siete personas antes de que sus compañeros retuvieran a los rehenes y se atrincheraran en el jardín que une el Museo del Bardo y el Parlamento.