Durante toda la mañana, en bares, cafeterías y terrazas de sa Pobla, era prácticamente imposible hacerse con un ejemplar del periódico. | Julio Bastida

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Los habitantes de sa Pobla amanecieron conmocionado y sorprendido. Las duras acusaciones vertidas por el exmonaguillo de Selva en las que acusa al actual rector del municipio, Mossèn Joan Pons, de un presunto caso de abuso sexual, no han dejado indiferente a nadie.

«No queremos acusar ni señalar al sacerdote de sa Pobla en particular, pero durante muchos años la Iglesia ha protegido y escondido los casos de pederastia. Eran otros tiempos y todo lo que pasaba no podía contarse por miedo al qué dirán. Piensa que con tanto hombre junto es normal que pasaran estas cosas», comentan Miguel y Patricia, vecinos de sa Pobla desde hace varios años.

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Madò Antònia, una feligresa muy vinculada a las actividades pastorales de la parroquia, afirma: «Si esto es verdad, me tiraré al suelo. Estas cosas se tienen que denunciar mucho antes y no 25 años después. Es muy injusto lo que le están haciendo a nuestro rector. Simplemente no me lo puedo creer», concluye.

Por su parte, fuentes próximas al Bisbat de Mallorca confirman que tenían constancia de que sobre Mossèn Joan Pons existe una denuncia interpuesta ante la Guardia Civil y los juzgados de Inca, pero el Tribunal Eclesiástico no le ha hecho ninguna imputación de carácter oficial, ni tampoco le ha abierto ninguna investigación, al menos de momento. Las mismas fuentes también recordaron que el vicario judicial Nadal Bernat le tomó declaración sobre las acusaciones el pasado viernes.