El agente de la Policía Local de Vila ocultó su cara tras una carpeta al salir de los juzgados de Ibiza. | TONI ESCOBAR

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El agente de la Policía Local de Vila acusado de un delito continuado de coacciones y exhibicionismo a una menor aceptó este miércoles su culpabilidad y una multa de 3.780 euros por un delito continuado de coacciones y de 3.240 euros por otro de exhibicionismo. Una pena acordada con la Fiscalía, que en un principio pedía dos años y seis meses de prisión por las coacciones y una año por el de delito de exhibicionismo. Además se acordó que el agente tiene que pagar a la víctima un indemnización de 5.000 euros.

Los hechos se remontan al año 2007 cuando la víctima tenía 16 años y se inició el acoso por parte del acusado, un comportamiento que, según explicó la propia víctima, duró siete años, hasta 2014.

Según la joven, el policía, vestido de paisano, le acosó de forma continuada durante siete años: «Me esperaba a la salida del trabajo, a la salida de la escuela y luego cuando empecé la carrera, a la salida de la universidad. Le he visto hasta seis veces en un día, me miraba fijamente y empezaba a masturbarse», relató horrorizada, incluso una vez su padre le persiguió y estuvo a punto de atraparlo, explicó la joven, que dijo que la última vez que la acosó fue hace un año.

Según describió, el acusado era un habitual en las puertas de los colegios, «estaba allí, dentro del coche y todo el mundo sabía lo que hacía».

Tal era la desesperación de esta joven que incluso un día una familiar llegó a grabar al agente de espaldas. Fue en 2012 que la joven entró en la universidad cuando lo denunció. «Cuando cambié del colegio a la universidad y me di cuenta que continuaba siguiéndome entonces fue cuando decidí denunciarlo», explicó la víctima.

Desde el Ayuntamiento de Vila aseguran que el agente sigue suspendido de empleo y sueldo, y que el expediente que dictaminará su expulsión del cuerpo está a punto de concluirse.