Imagen de Facebook del joven que se atrincheró en Alcúdia. | Facebook

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«Yo no soy así, no quería que pasara esto». Martí C.G., el joven de 20 años detenido tras atrincherarse armado más de seis horas en su casa de Alcúdia, rompió a llorar tras ser detenido y pidió perdón «por la que he montado». Los resultados de las analíticas han descartado que hubiera consumido cocaína, tal y como se había especulado, y los investigadores creen que sufrió un trastorno mental.

A las dos de la tarde, su padre se fue a trabajar y lo dejó aparentemente bien. Sin embargo, cuando media hora después llegó su madre, el muchacho estaba fuera de sí: golpeaba con furia una puerta y no dejaba de insultar y blasfemar. Los investigadores también creen que influyó el hecho de que su abuelo estuviera en el hospital, muy enfermo. La mujer pidió ayuda, pero la Policía Local se encontró con un Martí completamente distinto al que estaban acostumbrados a ver cada día.

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Inexplicablemente Martí estaba en un gran estado de frenesí: «Repetía: “Me pego un tiro”, y después lo traducía del mallorquín al castellano. Hablaba de forma atropellada, casi no se le entendía. Y pasaba de las intenciones suicidas a amenazar a vecinos y policías: "Al que se acerque le pego un tiro"», añadieron en fuentes de la investigación.

Cuando finalmente cayó en la trampa de salir al portal para reunirse con su novia, fue el único momento en el que se desprendió del arma, que dejó a unos metros de él. Cuando vio a su espalda a seis guardias civiles que se abalanzaban sobre él, todavía hizo un último amago de empuñar la escopeta, pero no tuvo tiempo. Luego rompió a llorar: «La he liado muy gorda».