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El Tribunal Supremo ha confirmado la sanción de un mes y quince días de suspensión de empleo y sueldo que el Tribunal Militar impuso a un guardia civil por «grave desconsideración a los ciudadanos», cometida al burlarse de los conductores a los que multaba.

Los hechos que relata la sentencia apuntan cómo en sucesivas ocasiones el guardia ofendió a las personas a las que al mismo tiempo sancionaba.

Así, por ejemplo en junio de 2011 detuvo a un vehículo en Valdepeñas (Ciudad Real) y, una vez parado el coche, se acercó al mismo sonriendo para preguntarle al conductor, un comercial que le manifestó su preocupación por perder el carnet de conducir, cuántos puntos le quedaban. Entre tanto, se tapaba la boca para que no se le viera la risa.

En otra ocasión, el guardia sancionó a un conductor por no llevar puesto el cinturón de seguridad y, cuando éste le señaló que «conocía a un compañero suyo», el agente respondió que «no le tocase los cojones con historias de compañeros, que él estaba haciendo su trabajo».

En otra ocasión arrojó un boletín de denuncia por la ventanilla del coche al regazo de un conductor que se había saltado un ceda el paso. También obligó a inclinarse para hacerle la prueba de alcoholemia a un conductor asmático que medía dos metros de estatura.

«El comportamiento del guardia es grave y evidente su desconsideración hacia los ciudadanos, tanto por las expresiones verbales utilizadas como por la actitud mantenida hacia ellos», sentencia el Supremo para confirmar el castigo.