Dos agentes conducen el alemán Frank Hanebuth, líder de la rama alemana de los Ángeles del Infierno, a comisaría tras su detención. | Alejandro Sepúlveda

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El juez Eloy Velasco ha propuesto este martes llevar a juicio a 55 presuntos miembros y colaboradores de la banda alemana Ángeles del Infierno por pertenencia a organización criminal, extorsión, prostitución coactiva, trata de personas, estafa, detención ilegal o blanqueo de capitales, entre otros.

Velasco ha adoptado esta decisión al transformar en procedimiento abreviado -el equivalente al procesamiento en el sumario- las diligencias que abrió en 2009 para investigar a esta banda y pregunta además al fiscal si procede decretar órdenes de busca y captura contra otros 11 imputados que no han sido localizados.

La resolución, de 95 páginas, hace un relato de los orígenes y el desarrollo de la organización Hells Angels Motors Club (HAMC) que, según informes de Europol, «se sitúa entre las principales bandas moteras -fuera de la ley- que operan en el continente».

De hecho, la investigación del Juzgado Central de Instrucción número 6, del que es titular Velasco, permitió descubrir la implantación de uno de estos grupos (llamado «chapters") en la isla de Mallorca, desde 2009 hasta que se disolvió en 2011, compuesto por miembros de la banda llegados de Turquía, y un segundo grupo que comenzó a operar desde finales de 2012.

En julio de 2013, Velasco dirigió una operación para desarticular ese último grupo que se saldó con el ingreso en prisión de 18 personas, fianzas para eludir la prisión para otros 6 y otras seis personas quedaron en libertad provisional.

Entre los encarcelados destaca el presunto líder de Los Ángeles del Infierno en Hannover y considerado uno de los principales cabecillas de los Hells Angels en Europa: el alemán Frank Hanebuth, que llevaba dos meses en Mallorca.

Sus principales colaboradores eran Khalil Yousafi, también preso por esta causa, y Abdelghani Youssafi, quienes le ayudaron a desembarcar en Mallorca.

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Entre los arrestados en esa operación también figuran dos policías locales de Palma y un agente de la Guardia Civil, a quienes se acusa de dar información a Los Ángeles del Infierno para facilitar sus actividades a cambio de recompensas.

Una de las principales actividades delictivas y fuentes de financiación de la trama era el proxenetismo, negocio que desarrollaban trayendo a España chicas con apariencia de turistas a las que después obligaban a ejercer la prostitución de forma coactiva.

Los Ángeles del Infierno participaban también en operaciones de blanqueo de capitales, extorsión o estafas mediante la creación de empresas con apariencia legal con las que obtener créditos ICO.

Además se concertaron con un grupo organizado que se dedicaba a la introducción de cocaína en Mallorca mediante la utilización de mujeres de origen sudamericano que utilizaban a modo de «correo».

Según el juez, la organización contaba con una elaborada gestión, con un reparto de tareas y múltiples colaboradores, entre ellos los citados policías locales y el guardia civil.

La investigación ha permitido demostrar una «concertación delictiva entre los diferentes miembros de la organización criminal en preparación y ejecución de los delitos a los que, con permanencia temporal y cierto reparto de papeles, se dedican».

Velasco sostiene que los imputados, por su permanencia temporal, terminan conociendo las actividades desarrolladas por la organización y aún así «la aceptan y acaban adaptándose a su plan», facilitándoles, a cambio de dinero, la infraestructura necesaria en la isla de Mallorca para desplazarse desde otras partes de Europa, asentarse y blanquear sus ilícitas ganancias en España.

Esa red de colaboradores, añade el auto, les ayudaba a «hacer rentable y exitoso delinquir».