Imagen del rancho La Paz. | Alejandro Sepúlveda

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«Estoy hundida, destrozada y lo único que quiero es recuperar mi casa. Se trata de unas instalaciones a las que mi familia y yo le hemos dedicado parte de nuestras vidas e invertido varios millones de euros. Además, era el sueño de mi marido -fallecido hace 18 meses- y una pasión para todos nosotros», afirma Marian Porter, la propietaria del rancho La Paz de s’Aranjassa que se ha visto relegada a ceder su residencia ante la entrada ‘al patadón’ de un clan de ocupas gitanos.

«Al morir mi marido entré en estado de shock y no sabía muy bien que hacer con mi vida. Mi madre es una mujer de casi 90 años y reside en Inglaterra al igual que mi hija de 21 años. Por ese motivo, durante unos meses, abandoné la Isla para estar a su lado y tratar de superar todos juntos la pérdida de Michael. El rancho quedó a cargo de una persona de mi total confianza», añade Marian.

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La legítima propietaria del primer complejo de doma de Mallorca, visiblemente afectada y hundida, prosigue: «A principio de septiembre, decidí coger el toro por los cuernos y recuperar nuevamente mi vida. Mi intención era retomar el negocio y el legado por el que mi marido se entregó en cuerpo y alma. Cuando estaba en el ferry dirección al aeropuerto para tomar el vuelo rumbo a Mallorca, la chica del personal que estaba al cargo del rancho me comunicó el asalto que habían realizado los ocupas».

En la actualidad, Marian Parter ha tenido que ser acogida en Inglaterra en casa de su hija.