El juicio se celebró este martes a puerta cerrada en la Audiencia Provincial. | Alejandro Sepúlveda

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El fiscal retiró en pleno juicio los cargos contra un vecino del Palma al que se reclamaban cuatro años y medio de cárcel por abusos sexuales contra su hija.

El acusado fue detenido en abril de 2012 en un centro comercial de Palma. Dos adolescentes y un mayor de edad afirmaban que le vieron besando en la boca a su hija, que entonces tenía nueve años de edad. Pasaban en coche por delante del hombre y la menor en torno a las seis de la tarde de un domingo en una zona muy concurrida a esas horas.

El caso llegó a juicio tras dos años y medio de instrucción. La acusación estaba sostenida por esos testigos después de que tanto la menor como la madre de ésta respaldaran al acusado y negaran que hubiera ocurrido nada extraño.

El acusado, de 52 años de edad, se enfrentaba a pena de cárcel, y de ser condenado no se habría podido acercar a menos de 500 metros de su hija durante seis años y habría perdido la patria potestad durante ese mismo tiempo. A mayores se le reclamaba el pago de mil euros de indemnización. La defensa, a cargo del abogado Agustín Aguiló, reclamaba la absolución. El juicio se celebró ayer en Palma a puerta cerrada.

Las dos adolescentes que declararon que habían visto el beso se reafirmaron en su versión. Sin embargo hubo dudas sobre el papel del tercer testigo. Éste siempre había negado que fuera con las otras dos en el mismo coche. Esa versión quedó en cuestión ayer y suponía que todos los testigos directos en realidad provienen de una única fuente.

El fiscal consideró que no había elementos suficientes para mantener los cargos y decidió retirar la acusación.

El asunto queda ahora pendiente de un fleco. El testigo que afirmaba haber visto el beso dio un puñetazo ese mismo día al padre de la niña. Está ahora pendiente de que se celebre un juicio por lesiones en el que él será el acusado.