Imagen del menor, de 12 años, tras la brutal agresión sufrida en un parque de La Soledad. g Foto: R.S.

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«Mi hijo tiene doce años y es un cielo de niño. Nunca os podréis imaginar lo que sentí como padre cuando me encontré a mi pequeño con la cara sangrando, golpes por todo el cuerpo y llorando desconsoladamente». Así comienza el relato Rafa, padre de un niño de tan sólo doce años de edad que hace unos días fue brutalmente agredido en la barriada de La Soledad.

Según consta en la denuncia interpuesta ante el SAF (Servicio de Atención a la Familia) del Cuerpo Nacional de Policía, el menor estaba por las inmediaciones del parque de Can Palou, en la parte trasera de la barriada de La Soledad, cuando fue atacado por otros dos menores.

Pasear al perro

«El chaval sacó a pasear a la perra como cada día. Eran las 11.30 horas de la mañana y, en un momento dado, se le acercaron dos gitanillos y le pidieron que les entregara un euro. Mi hijo le dijo que estaba paseando a la perra y que no tenía dinero. En ese momento, se abalanzaron sobre él, comenzaron a registrarle los bolsillos para comprobar si les estaba mintiendo y, al ver que no llevaba dinero, le comenzaron a propinar golpes por todo el cuerpo», relata el progenitor, visiblemente afectado y roto de dolor.

Los golpes fueron múltiples por todas las zonas del cuerpo. Especialmente, los delincuentes se cebaron en el rostro. De hecho, cuando llegaron al PAC de la zona los facultativos tuvieron que asistir al menor de una gran cantidad de hematomas, heridas sangrantes y un fuerte traumatismo craneocenfálico.

«Los daños físicos son importantes, pero mi hijo ahora tiene miedo de salir a la calle solo. Le obligamos a que salga acompañado, pero no queremos que por culpa de esa gentuza las secuelas sean grandes», concluye Rafa.

Por su parte, los agentes responsables de la investigación disponen de una descripción física de los sospechosos. Se trata de dos chicos de unos 14 o 15 años, ambos de etnia gitana. Uno de ellos tiene los ojos claros y su complexión es fuerte. El otro es delgado y de pelo oscuro. Además, uno de ellos es conocido en la zona y se espera que en los próximos días la Policía Nacional logre dar con ellos y proceder a su detención por un presunto delito de lesiones graves y daños.

Varios vecinos de la barriada, nada más tener conocimiento de los hechos, apuntaron: «No hay que ser racistas ni mucho menos. No se trata de criminalizar a una etnia. Hay gitanos buenos y malos, como negros, blancos o asiáticos. Pero es cierto que últimamente la barriada de Son Gotleu y la de La Soledad están dejadas de la mano de Dios. Falta más presencia policial y que nos limpien de chusma el barrio».