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Magaluf es, desde hace más de diez años, un núcleo de continuos conflictos. Sin embargo, durante las últimas semanas, una serie de temas han acaparado los recursos policiales de la zona así como los titulares de medios locales y nacionales.

La dinámica habitual de un tipo de ocio nocturno radicalizado conlleva a la actuación prácticamente diaria de Guardia Civil y Policía Local de Calvià. Aun así, los problemas no desaparecen al alba; al contrario, un incipiente negocio ilegal de trileros, masajistas y vendedores de bebida y comida, entre otros, preocupan cada vez más.

Los empresarios y locales de la zona reclaman la imperante necesidad de abordar y resolver estos conflictos y se muestran atónitos ante la inactividad del Ayuntamiento que cada año recibe la misma queja y de quien se obtiene la mínima reacción al respecto.

El problema principal radica, según afirman los empresarios, en la insuficiencia de presencia policial de paisano, así como la baja punibilidad de estas actuaciones que, a menudo, quedan como mera anécdota en el historial delictivo del sujeto en cuestión.

Los empresarios afirman que «este tema se nos escapa de las manos» y que «Magaluf se ha convertido ya en una auténtica ciudad sin ley». Insisten en que se trata de una inquietud no sólo por la integridad de sus locales, sino también por la inseguridad ciudadana que predomina en esta zona. Recuerdan que los establecimientos de Magaluf sufren constantes detrimentos a lo largo de la temporada estival debido a actos vandálicos y que son incontables las denuncias por robo que atiende cada día la Policía Local de Calvià, de los que destacan una innegable y valiosa ayuda ante estos conflictos.