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La familia de Nuria Balcells, la barcelonesa de 66 años fallecida tras ser arrollada por un caballo en las fiestas de Sant Joan de Ciutadella, denunciará al Ajuntament por la falta de respaldo a los allegados de la mujer y por la insuficiente seguridad de los juegos ecuestres.

Una de las hijas de la víctima, Mireia Rivero, ha lamentado este martes en una entrevista que ningún responsable político del consistorio ha tenido la iniciativa de ponerse en contacto con la familia tras el accidente, ocurrido en la noche del 24 de junio, y ni tan siquiera visitaron a su padre, herido en una pierna, hasta que la familia se quejó del abandono.

«Estamos totalmente consternados por la falta de apoyo moral y económico por parte del ajuntament de Ciutadella», ha subrayado Rivero, quien el lunes recibió una llamada de la teniente de alcalde Francisca Marqués para interesarse por el estado de su madre, que había muerto la víspera en el hospital de Palma al que había sido trasladada.

Además, la familia considera claramente insuficiente el dispositivo de seguridad establecido durante los «jocs des Pla» en un espacio «totalmente masificado» donde buena parte del público está bajo los efectos del alcohol.

La pareja barcelonesa resultó herida al ser arrollada por un caballo que perdió el equilibrio tras impactar al galope contra un joven durante el juego de «s'ensortilla». Al hombre le produjo una fractura abierta en una pierna, pero su esposa sufrió traumatismos muy severos en todo el cuerpo y tuvo que ser trasladada al hospital Son Espases de Palma, el centro de referencia de la Comunidad.

El jinete, que también resultó herido, sí fue visitado por el alcalde de Ciutadella, José María de Sintas, quién no ha hablado aún no con el viudo ni con sus hijas, se ha quejado Mireia.

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Las dos hijas de la pareja se desplazaron hasta Palma mientras su padre se recuperaba en Mahón, asumiendo con sus recursos todos los gastos de transporte y alojamiento sin que el consistorio se dirigiera a ellas.

Fue Mireia quien acabó contactando con el Ajuntament a través de la centralita y, tras muchas llamadas, tres días después del accidente, le facilitaron el número del agente del seguro contratado por la corporación, que le indicó que la póliza solo cubre a los heridos. Acabó llamando al servicio municipal de protocolo, al que le comentó que iba a quejarse en los medios de comunicación.

Apenas 90 minutos después la teniente de alcalde Marqués visitó a su padre en el hospital Mateu Orfila, y más tarde habló con Mireia, que no se quedó satisfecha con sus explicaciones sobre las medidas de seguridad.

«Me pareció una explicación surrealista, que las medidas de seguridad para 10.000 personas en un recinto sean pedirles prudencia por unas pantallas y por megafonía... no lo entiendo», ha manifestado la hija de la fallecida, para quien no se puede trasladar toda la responsabilidad de la seguridad a los asistentes a la fiesta.

«Supongo que esta masificación deja mucho dinero. Creo que se les ha ido de las manos. Tiene que haber una seguridad que ponga límites» tanto al aforo como al consumo de alcohol, ha incidido.

Aunque finalmente sí le sugirieron que recopilara los recibos para reclamar los costes derivados del accidente de sus padres para intentar cargarlos a las arcas públicas, Rivero cree «inadmisible» que el Ajuntament no disponga para estos casos de un seguro de responsabilidad civil.

Pese a todos estos hechos, la teniente de alcalde Marqués aseguró públicamente que habían estado en «contacto permanente» con la familia, lo que indignó a Mireia y a su hermana y las impulsó a denunciar la falta de atención de las autoridades.