El acusado, ante el tribunal que le condenará a través de una conformidad. | Alejandro Sepulveda Soler

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Un expediente olvidado cuatro años en un juzgado de Manacor ha terminado convertido en una pena ridícula para un pederasta. Un hombre de 55 años aceptó ayer una condena de 21 meses de prisión por abusar de su hijastro de trece años durante un año. La pena de cárcel se sustituirá por una multa de 42 meses con una cuota diaria de 6 euros diarios, esto es, un total de 7.500 euros.

La Fiscalía planteó esa condena -aceptada por la defensa- desde su petición inicial de ocho años en el escrito de calificación provisional. La rebaja viene motivada en primer lugar por ese retraso en la instrucción. El asunto recayó en su momento un juzgado mixto de Manacor y allí llegó a estar más de cuatro años sin que se tocara un papel. De esta manera, se aplica un atenuante muy cualificado de dilaciones indebidas. A mayores, el acusado ha consignado 6.000 euros antes del juicio de los 18.000 que se le reclaman como indemnización, por lo que también se le ha rebajado la condena por ese motivo.

La Fiscalía mantiene que en 2002 el acusado forzó al menor a realizarle al menos dos felaciones e intentó penetrarle. La víctima era el hijo de la pareja sentimental del acusado y convivían en una localidad del Llevant de Mallorca.