Los cuatro acusados, durante una de las sesiones del juicio. | Alejandro Sepúlveda

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Los agentes que detuvieron a los dos británicos que denunciaron torturas en el cuartel de Palmanova declararon ayer en la última sesión del juicio que éstos se resistieron de forma activa «en todo momento» a la detención. Dos de ellos relataron que tuvieron que golpear con la defensa a los sospechosos que ya había dejado K.O. a un sargento de la Guardia Civil y habían golpeado al menos a otro agente uniformado. La resistencia de los británicos siguió en el cuartel y, de hecho, un agente que estaba de guardia esa noche declaró que tuvo que reducir a uno de los detenidos en varias ocasiones esa noche para evitar que se golpeara.

Uno de los detenidos tenía siete golpes de porra en el costado y las piernas, según el forense que declaró ayer. El médico asegura que no se puede concretar si esas heridas se produjeron en la detención o bien fueron posteriores.

El fiscal, en sus conclusiones definitivas rebajó su petición de cárcel para todos los acusados. Entiende que ha habido dilaciones en el proceso. Así solicita 11 años en lugar de 16 para el sargento y cinco para cada uno de los tres guardias, en lugar de once. A estos tres les exculpa de las torturas que sufrió uno de los dos denunciantes al entender que no hay prueba para acusarles. Así, el total de penas que se reclaman pasa de 49 a 26 años.