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Los equipos de rescate investigan este domingo en el océano Índico tres señales acústicas detectadas en la zona de búsqueda del avión de Malaysia Airlines, desaparecido el 8 de marzo con 239 personas a bordo, parecidas a las de una caja negra.

«Este es un acontecimiento importante y esperanzador», dijo el director del Centro de Coordinación de Agencias Conjuntas, el australiano Angus Houston, en rueda de prensa transmitida por televisión.

Varias embarcaciones y aviones han sido enviados a la zona donde el navío chino Haixun 01 ha detectado dos señales, una el viernes y otra el sábado, para comprobar si tienen alguna relación con el avión del vuelo MH370.

Mientras, el buque australiano Ocean Shield, que lleva un localizador de cajas negras prestado por la Armada estadounidense, analiza una tercera señal detectada esta mañana a unos 550 kilómetros de distancia pero de la que «de momento no tenemos más detalles».

La segunda señal registrada por el Haixun 01, de 90 segundos de duración, fue captada a unos dos kilómetros del lugar donde el día anterior el mismo barco chino detectó una primera emisión, que duró unos instantes, a una latitud de 25 grados sur y una longitud de 101 grados este.

Houston indicó que el Haixun 01, que se encuentra en una posición «central» en el operativo, captó una señal electrónica de una frecuencia de 37,5 kilohercios por segundo que «es consistente con las de una caja negra de un avión».

También aclaró que la distancia podría explicar que no se reciba una señal continua como la que emiten estos dispositivos.

El coordinador del operativo dijo que en la misma zona aviones de reconocimiento avistaron objetos blancos flotando pero advirtió que de momento no se puede confirmar si estos y las señales tienen alguna relación con el avión.

El barco británico HMS Echo de investigación oceanográfica se dirige a la zona donde, según Houston, llegará dentro de uno o dos días.

«Tenemos tres casos acústicos distintos. Estamos tratando cada uno de ellos muy seriamente. Trabajaremos en estas posiciones hasta que podamos decir 'sí' o 'no' (tienen relación con el avión)», dijo el coordinador de la misión de búsqueda.

«Tenemos que investigarlo (...) es algo que lleva tiempo. Estamos en una zona de gran profundidad, con señales falsas. Hay muchos ruidos en el océano, ecos que rebotan», indicó el militar australiano.

Durante la rueda de prensa, Houston precisó que los investigadores han revisado la hipotética trayectoria del avión al considerar que pudo volar a una velocidad superior a la considerada inicialmente, lo que ha desplazado el rastreo hacia el sur.

También dijo que se desconoce si el avión entró de cabeza o plano en el agua y pidió que se eviten las especulaciones.

«Tenemos ahí a los mejores expertos y al mejor equipamiento y lo que necesitan es hacer su trabajo. Este es un entorno muy dinámico y las cosas bajo el agua llevan su tiempo», recordó Houston.

El primer ministro de Australia, Tony Abbott, se mostró esta mañana cauto para no despertar falsas esperanzas, en declaraciones a los periodistas en Japón, donde efectúa una visita.

«Lo que quiero decir es que tenemos esperanzas pero no estamos seguros. Esta es la búsqueda más difícil de la historia de la humanidad. Estamos buscando un avión en el fondo de un océano muy profundo y en un área muy vasta», destacó Abbott, según la radio australiana ABC.

Diez aviones militares, dos civiles y trece buques participaron este domingo en las operaciones de búsqueda en un área de aproximadamente 216.000 kilómetros cuadrados, que se ha dividido en tres zonas, a unos 2.000 kilómetros al noroeste de Perth, la capital del estado de Australia Occidental.

Las operaciones de rastreo se han convertido en una carrera contrarreloj debido a que las baterías de las cajas negras del avión, de un mes de duración, están a punto de agotarse.

El vuelo MH370 despegó de Kuala Lumpur con 239 personas a bordo rumbo a Pekín en la madrugada del 8 de marzo y desapareció de los radares civiles de Malasia unos 40 minutos después y desde entonces no se ha encontrado resto alguno.

Iban a bordo 153 chinos, 50 malasios (12 formaban la tripulación), siete indonesios, seis australianos, cinco indios, cuatro franceses, tres estadounidenses, dos neozelandeses, dos ucranianos, dos canadienses, un ruso, un holandés, un taiwanés y dos iraníes que utilizaron los pasaportes robados a un italiano y un austríaco.

La policía malasia dijo esta semana que no considera responsables de secuestro, sabotaje y problemas psicológicos o personales a los 227 pasajeros.

Mientras, la investigación policial de la tripulación continúa.