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El pueblo de Porreres se mostraba ayer incrédulo y conmocionado por la muerte de Toni Llabrés, el niño de cinco años que perdió la vida al incendiarse su casa el pasado viernes.

Las muestras de solidaridad con la familia han sido constantes desde la tragedia. De hecho, el Ajuntament suspendió la Rua que se tenía que celebrar ayer por la tarde. Los perfiles de los vecinos en las redes sociales mostraban imágenes de la Vila con un crespón negro y la leyenda «No hi ha explicació ni reflexió, sols hi ha incomprensió. No hi ha solució, sols hi ha desesperació. No hi ha justificació, sols hi ha sensraó... No hi ha consol, sols hi ha tristor».

A ello hay que añadir innumerables referencias al drama y muestras de apoyo a la familia.

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En las tertulias de café, periódico en mano, no se hablada de otra cosa y los porrerencs lamentaban con tristeza la injusticia del suceso que ha afectado a una familia muy conocida en la localidad.

Mientras, ayer, la casa afectada por el incendio, ubicada en la calle Rei Jaume I, continuaba precintada y vallada por la Guardia Civil, que se encarga de la investigación del caso. El interior del inmueble se encuentra muy afectado y desde el exterior se pueden observar desperfectos en las persianas por culpa del fuego. A causa de la intervención de los Bombers, el vecino de la casa contigua realizaba labores de acondicionamiento del tejado ante la amenaza de lluvia.

Con todo, el pueblo presentaba ayer una imagen desértica. Las fiestas de Carnaval de este año serán difíciles de olvidar. La suspensión de la Rua ha hecho evidente el estado de consternación y de dolor que vive la localidad por culpa de este trágico suceso. A la espera de confirmación oficial, el funeral por el pequeño Toni se celebrará, previsiblemente, el próximo martes en la parroquia de Sant Roc.