El capitán del Costa Concordia, Francesco Schettino (tercero por la izq.), durante su visita a los restos del Costa Concordia. | ALESSANDRO BIANCHI

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El capitán del crucero Costa Concordia, Francisco Schettino, volvió hoy a bordo del barco naufragado, aún encallado frente a la isla italiana del Giglio, donde se produjo la tragedia que en enero de 2012 costó la vida a 32 personas.

El tribunal de Grosseto dio luz verde el martes a la petición Schettino de subir al barco después de que sus abogados alegaran que «es un derecho del imputado poder visitar el lugar del delito».

«Estoy en la isla del Giglio para ayudar a esclarecer la verdad, dando la cara, como siempre he hecho», dijo Schettino en declaraciones recogidas por los medios italianos.

El capitán del Costa Concordia subió a bordo del barco para acompañar a un equipo de investigadores que buscan nuevas evidencias que ayuden a comprender lo que sucedió en la noche del naufragio.

Al finalizar la inspección del barco, Schettino dijo a los periodistas que esperaban en el puerto que él no puede dar ninguna explicación sobre el asunto ya que eso «corresponde a los técnicos».

«El comandante Francesco Schettino se ha emocionado mucho. Es un hombre de principios, una persona leal. Por ello se puede comprender cuánto le puede haber costado venir a participar en esta inspección», aseguró su abogado Domenico Pepe.

Schettino afronta desde julio de 2013 un proceso en el que se le acusa de homicidio culposo múltiple, abandono de la nave, naufragio y de no haber informado inmediatamente a las autoridades portuarias de la colisión contra el escollo que hizo naufragar el gigantesco barco en la noche del 13 de enero de 2012.

Para el alcalde de Giglio, Sergio Ortelli, «son más importantes los dos años de la tragedia del Concordia que la visita de Schettino a la isla».

«Este día es importante no porque la isla se vuelva a convertir en el centro de atención, sino porque vuelve a aflorar el dolor por todo lo ocurrido. Es una jornada importante para arrojar luz sobre este asunto, como esperan los habitantes del Giglio y todos los afectados por la tragedia», aseveró.

Con motivo de la vuelta al barco del comandante del Costa Concordia, Italia ha vuelto a recordar la famosa conversación telefónica en la que el capitán de la Guardia Costera italiana Gregorio de Falco exigía a Schettino que volviese a bordo para gestionar la evacuación de pasajeros, que aún no había terminado.

A pesar de los avisos de las autoridades marítimas, Schettino pasó la noche en un hotel y no volvió a subir al crucero, en el que viajaban 4.229 pasajeros.