Paco Ayala, padre de la menor fallecida. | Alejandro Sepúlveda

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Nada más hacerse pública la sentencia de la ‘operación Nancy’, las reacciones a la misma no se han hecho esperar. Los principales afectados, los padres de la menor fallecida, hablan alto y claro sobre la polémica decisión judicial.

—La primera pregunta es obligada. ¿Qué le parece la sentencia?
—Le digo la verdad. Con la mano en el corazón debo decirle que se trata de una auténtica vergüenza, un fracaso del sistema y ridícula a no poder más.

—¿En qué se basa para ser tan contundente?
—Es muy difícil hacer entender a la gente de buena voluntad que cuatro de los acusados hayan sido absueltos después de reconocer, en sede judicial, que se habían acostado con menores de edad, incluso abusando de una discapacitada. Es algo lamentable y muy difícil de entender.

—Usted estuvo presente en la sala durante el juicio. ¿Se disculparon en algún momento o mostraron su arrepentimiento los acusados?
—No. En ningún momento se disculparon. Es más, en cierta ocasión el presidente del tribunal tuvo que echar a la calle a algunos de los acusados porque se estaban mofando de las víctimas.

—Usted fue el encargado de comunicar la sentencia a su mujer por teléfono. ¿Cómo se lo tomó?
—Muy mal. Está muy afectada y cuando la llamé para contárselo se podían oír los gritos sin necesidad de utilizar el teléfono. Es un duro muy golpe y, sinceramente, no esperábamos tantas absoluciones.

—¿Habrá recurso?
—Por supuesto que sí. Ya hemos hablado con nuestro abogado y presentaremos un recurso en los próximos días. Es imposible que esto quede así.

—¿Llegarán hasta el final?
—Se lo debemos a Nora. Aunque sea lo último que haga en mi vida, llegaré hasta el final. Cueste lo que cueste.

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—Tenemos entendido que quiere montar una asociación. ¿Es cierto?
—Nuestro objetivo es crear una asociación donde la gente joven pueda hablar con claridad y expresar libremente sus problemas.

—¿Cuándo se pondrá en marcha?
—Estamos trabajando en ello, pero será en breve. Vamos a intentar crear una plataforma donde los jóvenes puedan recibir asesoramiento jurídico y policial. Donde profesionales puedan asesorar a los chicos y ellos puedan expresarse con total tranquilidad sin miedo a nadie.

—¿Se dirigió a los acusados durante el juicio?
—No es algo habitual, pero la jueza me permitió dirigirme a los acusados.

—¿Qué les dijo?
—Que desconocía si la Justicia haría bien su trabajo, pero que el tiempo pone a todo el mundo en su sitio.

—¿A qué se refiere?
—Que en la cárcel hay muchos padres de familia y no creo que les haga mucha gracia saber lo que esta gente les hizo a unas niñas indefensas.

—¿Ha perdido la fe en la Justicia?
—Sí. El mensaje que estamos mandando a la sociedad balear es muy preocupante. Matar en Mallorca sale gratis. Lo único que hay que hacer es reconocer que ibas drogado o que te arrepientes. ¿Cómo se explica que por matar a una niña te pongan 10 años de cárcel o que los fiscales pasen de pedir 42 años de prisión a 5 de un plumazo en un caso de prostitución de menores?

—De sus palabras podemos deducir que la lucha no acaba aquí. ¿Verdad?
—El caballo de batalla sólo acabará cuando maten al caballo o a su jinete, que soy yo. No pienso descansar ni un minuto hasta que se investigue como Dios manda la muerte de mi hija.


—¿Ha pedido a la Policía Nacional que investigue el caso de la muerte de su hija?
—El caso lo han llevado por la red de prostitución, inducción a la prostitución de menores y tráfico de drogas. Ahora pediré que la investigación se centre en el homicidio de mi hija.