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¿Quién fue realmente Wafaa Fayyad? La supuesta princesa egipcia que estafó al exfutbolista Marcelino se ha llevado a la tumba numerosos secretos y misterios sin resolver. ¿Era prima de Dodi Al Fayed (el novio de Diana de Gales)? ¿Fue violada por encargo en su chalet de Bendinat? ¿Estafó a conciencia al deportista internacional o fue víctima del crack inmobiliario?

'Fafi', como así era conocida, nació en Kuwait, aunque pasó su infancia en Egipto. Según algunas fuentes, allí compró un título que la acreditaba como princesa. Ella, en cambio, sostenía que era bisnieta del rey Faruq y sobrina de Al Fayed. Como muchas otras cosas de su vida, posiblemente nunca se aclare su origen noble.

Su siguiente destino fue Londres, donde se casó con un primo médico que después falleció en accidente. Wafaa recaló finalmente en Mallorca y se granjeó buenas amistades. Sin embargo, siempre fue muy enigmática: celosa de su intimidad y huidiza de la prensa o de las fotos. De hecho, encontrar una imagen suya es una tarea titánica. Casi de investigación. Tuvo un hijo, llamado Andy, y en 2002 luchó por la custodia única del menor, que consiguió.

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Era muy alta -1,80 centímetros de estatura- y de mirada felina. «Era llamativa, con ojos de gato. No era guapa, pero sí muy atractiva», recuerda uno de los mallorquines que más la conoció, y que prefiere mantenerse en el anonimato. «Si entraba en un restaurante, la gente se giraba a mirarla. Le gustaba vestir con ropa cara y lucía joyas elegantes», apunta otro de sus conocidos, que ayer quedó impactado tras leer la exclusiva de Ultima Hora sobre la muerte de Wafaa.

Filóloga

En Mallorca, 'Fafi' montó varias inmobiliarias: en el Paseo Marítimo, en Can Bordoy y finalmente en Antoni Marqués. Era filóloga inglesa, pero se ganaba la vida con las transacciones inmobiliarias. Hablaba árabe, inglés y un español fluido «con un acento muy gracioso», rememora uno de sus amigos. El conocido abogado Toni Salvà la conoció en la década de los 90, pero se enamoró perdidamente de ella años después. En 2002 se casaron en Andratx. Era el segundo matrimonio para los dos. El letrado la introdujo en la alta sociedad mallorquina, que hasta la fecha sólo tenía noticias vagas de la felina egipcia, y Wafaa empezó a acudir a eventos y fiestas de alta alcurnia. Se le empezaron a abrir muchas puertas y su condición de supuesta heredera de la casa real egipcia hizo el resto. Mallorca es así. Consiguió ser la apoderada del ex futbolista internacional Marcelino, y ése fue su principio del fin. Desvió 1,8 millones que le entregó el deportista para comprar chalets de lujo, pero todavía tuvo la pericia de torearlo durante años. Cuando, finalmente, se encontró con una querella millonaria, se vino abajo. Como su matrimonio con Toni Salvà, que finalmente pidió la nulidad en un juicio sonado. En plena decadencia, denunció un extraño asalto y violación por encargo en su casa de Bendinat, pero la Guardia Civil siempre sospechó que se trataba de un montaje. Quizás otro más en la vida de la supuesta princesa. ¿La bisnieta del rey Faruq o una habilidosa impostora? Un jeroglífico de difícil resolución.