El portugués, en el momento de ser conducido a los juzgados de Eivissa se mostró desafiante y lanzó un beso a las cámaras.

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Paulo Cesar Martins Baptista, quien fuera responsable de seguridad del Usuahïa Beach Club, se sienta mañana en el banquillo de los acusados frente al jurado popular que lo ha de juzgar por la muerte, en agosto de 2011, del camarero Abel Ureña. La vista comienza mañana en Palma y está previsto que se prolongue durante varios días.

El crimen de Ureña, un puñetazo que acabó resultando mortal y que fue grabado por las cámaras del establecimiento, causó auténtica conmoción en la Isla y abrió muchos interrogantes ¿Cómo fue posible que un prófugo de la justicia portuguesa consiguiera un NIE falso y acabara trabajando como responsable de seguridad en un local como este beach club? ¿Cómo fue posible que, después de la agresión, lograra escapar de la Isla y huir al extranjero?

Por la muerte de Ureña, la Fiscalía de Eivissa pide 15 años de prisión para Paulo Cesar Martins Baptista, quien el 19 de agosto de 2011 asestó un puñetazo a su compañero Abel Ureña, que trabajaba de camarero en este mismo local, tras lo cual huyó junto a su novia de entonces. Ureña resultó herido muy grave, quedó en coma y el 2 de septiembre, tras dos semanas en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario, falleció. Además de la pena de prisión, la Fiscalía reclama, como responsabilidad civil subsidiaria, una indemnización de 80.000 euros para la familia Ureña.