Oxana Zubakova.

Oxana y su anterior novio sirio, un millonario ahora encarcelado.

Javier Jiménez09/01/14 0:00
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La prensa británica se ha hecho eco estos días de un culebrón protagonizado por una super modelo rusa, Oxana Zubakova, que reclama 83.000 que la policía británica le intervino en 2008 porque, según ella, ese dinero y las joyas no proceden de una organización criminal, sino de un amigo millonario empresario mallorquín. Los tabloides señalan a Miguel Buadas, expropietario del hotel Formentor, como el hotelero amigo de la supermodelo, allá por el año 2004.

Oxana, que ha trabajado para Dior y Armani y está considerada como una de las modelos más importantes de hace unos años, comenzó con sus problemas con la Justicia inglesa en 2008, cuando la policía de aquel país llevó a cabo una operación contra una organización criminal. El entonces novio de Oxana, el millonario Tarik Meghrabi, estaba en el punto de mira de los investigadores, que consideraban que su descomunal patrimonio procedía de actividades ilícitas.

Durante la operación policial, se intervino en una caja fuerte de Oxana 83.000 libras esterlinas y joyas de gran valor, que quedaron requisadas por un juzgado, mientras se resolvía el asunto penal. Oxana, después, rompió con su novio y durante estos años ha contratado a abogados para recuperar el dinero que el intervinieron. En su argumentación, que estos días ocupa un espacio considerable en diarios ingleses tales como Telegraph, Daily Mirror o Daily Mail, la supermodelo ruso explica que ganó mucho dinero trabajando y que también su «amigo» mallorquín Miguel Buadas le dio gran parte de esa cantidad requisada.

En Londres

Las joyas y el dinero estaban en el interior de una caja de seguridad, en Londres, y Oxana insiste en que la policía no ha podido probar su vinculación con la mafia o el blanqueo de dinero, por lo que deben devolverle el contenido de la caja.

Su exnovio sirio Tarik fue encarcelado por esta causa, pero Oxana siempre se desvinculó de sus negocios. Los investigadores descubrieron que la modelo rusa tenía una fortuna en su país y que llevaba un nivel de vida de lujo asiático.