Un amplio dispositivo de agentes del Cuerpo Nacional de Policía irrumpió en el poblado. | Alejandro Sepúlveda

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Un amplio dispositivo de agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Judicial de la Guardia Civil irrumpió, hasta en dos ocasiones, el pasado fin de semana en el poblado de Son Banya en busca de la pequeña Malén Zoe Ortiz Rodríguez.

La primera de las entradas y registro del poblado se produjo el pasado viernes. Varias llamadas a la central del 091 (Cuerpo Nacional de Policía) e informaciones de confidentes provocaron que numerosos efectivos de la UPR (Unidad de Prevención y Reacción) de la Policía Nacional entrasen en el poblado chabolista en búsqueda de la menor desaparecida en Calvià hace dieciséis días.

Durante el registro no se localizó a la chica y así se informó a la autoridad judicial y a los compañeros de la Policía Judicial de la Guardia Civil que lleva el caso.

El mismo día que Alejandro Ortiz, padre de la menor desaparecida, organizaba una concentración en la plaza España de Palma para pedir la unidad del pueblo mallorquín para tratar de localizar a su hija, se producía la segunda entrada en el poblado.

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Concretamente, el sábado a las 23 horas se iniciaba una operación conjunta entre Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía que se prolongó hasta bien entrada la madrugada.

En esta ocasión, los agentes fueron alertados por Alejandro Ortiz de que tenía información concreta de que su hija estaba allí. Tras montar un amplio dispositivo tampoco se localizó a la menor.

A los investigadores del caso, según información a la que ha tenido acceso Ultima Hora, les resulta algo extraño la familiaridad y relación que pueda existir entre el caso de la desaparición de Malén y el poblado de Son Banya. El entorno familiar y el núcleo de amigos de la pequeña están siendo investigados minuciosamente en busca de indicios y datos que puedan ofrecer información del paradero de la chica.

Se cumplen dieciséis días de la desaparición de Malén, y la hipótesis de la huida voluntaria cobra cada vez más peso. Algunos amigos de la chica apuntan que «la niña acudió un día a Son Banya y que alguien la drogó».