El camino de acceso a la casa.

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Un empresario alemán de una cincuentena de años apareció muerto ayer en su casa de Andratx. Junto al cadáver se encontraba su gato también fallecido y la Guardia Civil cree que un escape de gas en una estufa o una nevera antigua fue la causa del accidente mortal.

Se trata del primer accidente de estas características desde que llegó el frío, hace dos semanas. Los equipos de emergencia ya habían alertado de la posibilidad de intoxicaciones con calderos o estufas, tal y como ha ocurrido. «El invierno pasado registramos en Mallorca media docena de intoxicaciones mortales en casas mal ventiladas o con aparatos de calefacción defectuosos», comentó un mando policial.

En la cama

La alarma saltó ayer por la mañana, cuando el ciudadano alemán no se presentó en la ferretería de Santa Ponça que regenta, tal y como hacía todas las mañanas. Uno de sus trabajadores, muy preocupado porque tampoco contestaba al teléfono, decidió presentarse en su casa, en las afueras de Andratx, en un camino conocido como Camí de sa Guixeria.

Se trata de una vivienda de una sola estancia, de unos 30 metros cuadrados, y desde afuera el empleado parece ser que vio al empresario tendido sobre la cama, sin reaccionar.

Una patrulla de la Guardia Civil de Andratx acudió hasta el domicilio del alemán y tras confirmar que había fallecido el caso pasó a manos de la Policía Judicial de Calvià. Los agentes de esta unidad inspeccionaron la casa y no detectaron indicios de violencia. El cadáver tampoco presentaba síntomas sospechosos, aunque lo que les llamó la atención desde el primer momento fue el intenso olor a gas en toda la casa.

De hecho, los funcionarios tuvieron que ventilar para poder investigar en el interior. Cerca del cuerpo sin vida había una estufa y en total se contabilizaron cinco botellas de butano. La casa carecía de instalación eléctrica y todos los aparatos funcionaban a gas. Incluso una nevera antigua, que también desprendía un fuerte olor.

Fuga de gas

Así las cosas, las conclusiones provisionales del caso indican que se produjo de madrugada una fuga de gas en uno de los aparatos de la casa, presumiblemente en la estufa, aunque tampoco se descarta que fuera en la nevera. El varón, que vivía allí desde hacía unos veinte años, no se dio cuenta a tiempo. Y el gas también acabó con la vida del gato.

Hoy por la mañana está previsto que se le practique la autopsia, que podrá confirmar la inhalación de gas accidental.