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La Policía Nacional ha desarticulado una «compleja» red criminal que blanqueaba, mediante la compra de objetos de lujo que enviaba en barco a Nigeria, el dinero que obtenía de la trata de personas para explotarlas sexualmente y de estafas en internet mediante tarjetas robadas o clonadas. La operación se ha cerrado con 25 detenciones en distintas comunidades autónomas, como Baleares, Madrid o Valencia.

Los objetos de lujo que se usaban para blanquear el dinero eran introducidos en furgonetas soldadas y selladas con silicona que eran enviadas en barco por una empresa pantalla hasta Lagos (Nigeria).

El resto de detenciones implicadas en esta red, de la que se ha conseguido su «plena» desarticulación tras varias fases de una investigación que ha durado «más de un año», se han producido en Madrid, Móstoles, Getafe, Humanes, Valdemoro, Illescas y Yuncos (Toledo) y Cantabria.

Los investigadores han recuperado en una nave industrial de Madrid y en el puerto de Valencia 120 furgonetas repletas principalmente de televisores y botellas de bebidas alcohólicas Premium y cree que la red podría haber defraudado productos valorados en unos cinco millones de euros.

94 de las furgonetas localizadas por la Policía, preparadas para su envío a Nigeria, se ocultaban en una nave industrial de Pinto (Madrid), y otras 26 furgonetas repletas de objetos en el Puerto de Valencia.

Cinco mujeres liberadas

Además, cinco víctimas de trata de mujeres han sido liberadas. Una de ellas está embarazada y, según la Policía, un integrante de la banda estaba intentando que abortara.

La red utilizaba España como trampolín para enviar a mujeres captadas en Nigeria a países europeos, donde serían explotadas sexualmente.

Las investigaciones comenzaron en octubre de 2012, a raíz de la denuncia de un ciudadano nigeriano que había sido agredido por varias personas de su misma nacionalidad en Fuenlabrada (Madrid).

La Policía identificó a los presuntos agresores y descubrió que podrían estar inmersos en una trama criminal de mucho mayor alcance, si bien fueron necesarios varios meses de pesquisas para descubrir las actividades de estos individuos, integrantes de este grupo organizado asentado principalmente en Madrid, Toledo y Baleares.

La rama en España era a su vez parte de una organización criminal internacional, creada en los años 90, cuyos orígenes se sitúan en las universidades de Nigeria.

La trata de mujeres consistía en coaccionar a víctimas que la organización había captado en Nigeria y transportado hasta España para explotarlas sexualmente en nuestro país o bien enviarlas a otros países europeos a petición de proxenetas.

Todo comenzaba con la oferta a mujeres nigerianas de una vida mejor y un trabajo digno en Europa y la organización facilitaba pasaporte falso, un visado de tránsito aeroportuario y compraba billetes de avión generalmente a México o Brasil.

Desde allí, las víctimas viajaban a París, donde permanecían uno o dos días, para lo que presentaban una reserva hotelera que también les había proporcionado la organización.

Miembros de la organización recogían a las mujeres en París y las transportaba por carretera España, donde les retiraban toda la documentación de viaje, que después era reenviada a Nigeria, para ser utilizada por otras mujeres.

Secuestro 'online'

Además de a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, la organización se dedicaba a otras muchas actividades delictivas entre las que destacan todo tipo de estafas como las 'cartas nigerianas' -envío masivo de mails o cartas postales en los que se informa a la víctima que ha ganado la lotería o recibido una herencia, pero que para recibir el dinero debe previamente pagar algunas cantidades-, clonado de tarjetas bancarias o los secuestros online.

Esta última modalidad delictiva consiste en introducirse en foros de Internet en los que empresarios internacionales realizan importantes negocios con el fin de espiar sus conversaciones.

En el momento que la organización detectaba que los empresarios iban a realizar una transacción comercial con envíos de dinero, suplantaban la identidad del destinatario del mismo, aportando otro número de cuenta bancaria que habían abierto anteriormente con documentación falsa y así podían extraerlo rápidamente una vez ingresado.

La organización realizaba también compras masivas a través de Internet con numeraciones de tarjetas de crédito generalmente estadounidenses e identidades falsas.

Así adquirían en la mayor parte de los casos objetos no muy voluminosos y de fácil redistribución como productos electrónicos de alta generación, repuestos de vehículos de alta gama o bebidas premium.

La operación ha sido desarrollada por la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Madrid con la colaboración de la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, las Brigadas Provinciales de Extranjería de Baleares y Valencia, la Brigada Local de Seguridad Ciudadana de la Comisaría de Getafe (Madrid), el Servicio de Atención a la Familia de la Comisaría de Móstoles (Madrid), la Brigada provincial de Policía Judicial de Madrid, el Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas y el Grupo de Extranjeros de la comisaría de Torrelavega (Cantabria).