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La atropellada no fingió pero tampoco está claro qué le pasó. La Audiencia Provincial ha absuelto a un matrimonio que fue acusado de fingir un accidente de tráfico para intentar cobrar del seguro en Palma. La Sala llega a la conclusión de que un atropello trivial desembocó en un enorme malentendido como consecuencia de una «aventurada calificación policial».

La Fiscalía reclamaba penas de once meses de prisión para el matrimonio. Según el relato de acusación, la mujer iba con su hijo en brazos y se puso a cruzar la calle Indalecio Prieto de Palma. Al paso de cebra llegó un Citroen que se detuvo a unos centímetros escasos de la señal. La acusación señala que la mujer -que entonces tenía 32 años de edad- comenzó a fingir que le había arrollado y que, tanto ella como el niño tenían lesiones.

El marido de la acusada acudió a los juzgados a presentar una denuncia. De hecho, se llegó a señalar un juicio de faltas que se tenía que celebrar el 12 de noviembre de 2009. En la vista la mujer renunció a la acción penal.

contradicciones

La sentencia señala que existen múltiples contradicciones entre los testigos del atropello, pero destaca que el propio conductor denunciado dijo que la mujer y el niño cayeron sobre el capó. Otro testigo confirmó esa caída, frente a lo que constaba en el atestado policial que no reflejaba estos extremos. El atestado tenía una anotación manuscrita: «Ojo, si la peatón presenta denuncia se trata de un atropello simulado». El argumento de los agentes era que como el coche mantenía una capa de polvo, la acusada no se había caído encima del capó tras el atropello.

Tanto la mujer como su marido son de etnia gitana. La sentencia no hace referencia a este aspecto que sí destacó la defensa en el juicio, pero sí alude a que existen pruebas suficientes de que el acusado tenía una situación económica desahogada, lo que anula un posible móvil económico: era constructor y dirigía una empresa con una treintena de empleados antes de la crisis.