TW
3

Un matrimonio acusado de fingir el atropello de la mujer en un paso de peatones para estafar al seguro del conductor ha sido absuelto de esos presuntos delitos por la Audiencia de Palma, que juzgó su caso el pasado 9 de octubre.

Los acusados mantuvieron en la vista ante el tribunal provincial que el día de Nochebuena de 2008, en un paso de peatones del barrio palmesano de Son Gotleu, un anciano que conducía un turismo frenó en seco cuando la mujer atravesaba un peso de cebra con su hijo en brazos, le golpeó en una pierna y la hizo caer primero sobre el capó del coche y después al suelo, causándole diversas lesiones que requirieron de tratamiento.

Aunque denunciaron el suceso ante la justicia, desistieron de su acusación contra el conductor porque su abogado les advirtió de que el atestado policial ponía en duda su versión, según relataron, y posteriormente pasaron de acusadores a acusados de sendos delitos de denuncia falsa y estafa procesal, por los que se les reclamaban a cada uno 11 meses de prisión y multas de casi 11.000 euros.

La sección primera de la Audiencia, presidida por Juan Pedro Yllanes, les absuelve porque el propio conductor del vehículo que frenó sobre el paso de peatones admite que la mujer y su bebé cayeron sobre su capó, algo que negaba el atestado policial pero que ratificaron otros testigos.

La testigo que dio pie a los policías autores del atestado a apuntar en su informe que la presunta atropellada estaba inventándoselo todo advirtió desde el primer momento, y también antes de comparecer en el juicio, que quería protección porque la peatón y su marido eran gitanos, a pesar de no haber recibido amenaza alguna, lo que para el tribunal hace «dudosa la objetividad de lo declarado».

«Lo que pretendía ser una absoluta simulación, en aventurada calificación policial, tiene elementos de corroboración derivados tanto de los partes iniciales de asistencia como de los partes de sanidad, y del testimonio del conductor implicado y de un testigo presencial», indica la sala.

También consideran los jueces injustificada la sospecha de que, como la acusada había sufrido otros dos accidentes por los que fue resarcida, tenía «una dedicación semiprofesional a fingir ser víctima de atropellos o colisiones para completar los ingresos familiares», máxime cuando su marido disfrutaba de una situación económica holgada, según acreditó ante el tribunal.