El aparejador del Ayuntamiento de Calvià, ayer durante la entrevista con este diario. g Foto: MICHELS

TW
52

«El escudo del león de Peugeot lo vi casi en mi cara. Ese coche me pasó a menos de un metro. Yo iba a unos 120 kilómetros por hora, así que sólo puedo decir que he vuelto a nacer. Tuve mucha suerte».

Rafel Aguiló, conocido como «Felito» por sus amigos, tiene 60 años y el pasado miércoles estuvo a punto de dejar de cumplir más. Como cada mañana, circulaba a las siete y media por la autopista de Andratx, en dirección al Ayuntamiento de Calvià, donde trabaja como aparejador. Pilotaba su potente Honda Integra, de 700 centímetros cúbicos.

Tras el túnel
El profesional había salido de su casa de Palma y ya había pasado el túnel de Génova. Cuando se encontraba entre Sant Agustí y Bendinat, Rafel volvió a nacer. El motorista circulaba por el carril rápido y en el otro sentido una joven perdió el control de su Peugeot 206 de color blanco y atravesó la mediana.

Noticias relacionadas

En ese tramo no hay barreras de hormigón, como ocurre por ejemplo en la autopista de Inca o la de Manacor. El turismo invadió en un segundo el carril de Rafel y literalmente lo rozó: «Me pasó tan cerca que me tiró encima todo el polvo y las piedras que se llevó de la mediana. Yo quedé petrificado. Estaba tan asustado que no pude pararme. Me habría caído del susto. Continué la marcha, como por inercia, y llegué al ayuntamiento. Allí me senté y me fumé un cigarrillo. No me lo podía creer».

El milagro, según explicaron luego expertos de Tráfico, fue doble: Rafel no fue arrollado por menos de un metro y, luego, consiguió mantener el equilibrio sobre su moto. «Salvó la vida dos veces», sentenció un mando de la Guardia Civil que acudió al lugar del accidente.

Estos días, el motorista palmesano ha visto en distintas ocasiones el estremecedor vídeo de la Dirección General de Tráfico (DGT), que recoge la secuencia del accidente. «Cada vez que lo veo me digo a mi mismo que he tenido muchísima suerte. Y me asusto más, porque verlo es muy impactante».

Rafel todavía no sabe qué le pasó a la chica que cruzó la mediana: «No tengo ni idea qué le pudo pasar, porque no