El empresario asesinado, con su exnovia Inna, la hija de ella, y en primer término Andreu júnior, el asesino.

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«Aún no lo comprendo, por más que lo intento. Nunca pude imaginar algo así: que mi sobrino mataría a mi hermano. Lo más triste es que todo fue por la herencia». Margarita Coll Bennàssar, la única hermana del empresario asesinado de Alaró, y heredera universal de su fortuna, rompió ayer su silencio y concedió una entrevista a Ultima Hora.

-Sobre su hermano se han dicho muchas cosas. ¿Cómo era realmente?

-Una persona que cuidaba a diario de su padre, que profesaba un enorme amor por su hijo Andreu. Cuidaba de todos y en absoluto era mala persona.

-¿Y como empresario?

-Llevaba la empresa con mano firme, pero también daba de comer a muchas familias que ahora nos han mostrado su apoyo.

-Andreu hijo sostiene que le humillaba.

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-Nunca. Tenía obsesión por su formación y le hacía estudiar, eso es cierto. Pero humillación nunca. Lo quería, luchó por su custodia cuando tenía 15 años, se cuidaba de él. Con su reciente operación de rodilla, fue el único que estuvo con él en el hospital. Premiaba sus éxitos y le apoyaba cuando no iba tan bien. Ningún hijo podría quejarse.

-¿Tras el crimen, sospechó de su sobrino?

-Nunca pude imaginar algo así de nadie, y menos de Andreu júnior.

-¿Cuál fue su reacción al detener la Guardia Civil a Andreu y su amigo Fran, después del funeral?

-Aún no puedo comprenderlo, por más que lo intento. Después del crimen, Andreu se comportó muy raro conmigo. Estaba frío, distante. Ni él ni sus hermanos se preocuparon por el abuelo, por mi, por sus primos. Sólo tenían interés en la herencia de mi hermano.

-¿El móvil fue la herencia?

-No cabe duda. Al día siguiente, los abogados de los hijos ya requerían y amenazaban. A los tres días, Andreu y su madre sólo tenían en mente reventar la caja fuerte.