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Una gran redada policial ejecutada en la madrugada de ayer en la conflictiva calle de Punta Ballena, en Magaluf, supuso el primer golpe del verano a las prostitutas nigerianas que asaltan con violencia a los turistas ebrios. El operativo se saldó con ocho mujeres detenidas, de un total de 25 identificadas.

En las últimas semanas, las quejas vecinas y empresariales se habían acentuado por la supuesta impunidad con la que actuaban las subsaharianas, que están perfectamente organizadas.

Coordinada

La gran redada se coordinó entre los tres cuerpos policiales: Guardia Civil, Cuerpo Nacional de Policía y Policía Local, y se inició entre la noche y la madrugada, cuando numerosos agentes se desplegaron por Punta Ballena y los alrededores. La mayoría de mujeres de color se ocultaba en las vías y callejuelas colindantes, y el operativo también se desplegó por esas zonas.

Algunas de las prostitutas intentaron huir, pero se encontraron atrapadas en la tela de araña que habían tejido policías y beneméritos. Una a una, fueron identificadas y se comprobó que al menos ocho de ellas se encontraban en territorio nacional de forma irregular, por lo que fueron detenidas para su expulsión.

El resto de mujeres quedó en libertad, aunque algunas eran viejas conocidas de la policía por dedicarse a la prostitución callejera en su vertiente más violenta, la del asalto a los turistas borrachos que regresan de madrugada a sus hoteles. En lo que va de temporada, la Policía Local de Calvià ha detenido a 26 nigerianas y a trece vendedores ambulantes. El principal problema con el que se encuentran policías y guardias civiles es que estos extranjeras quedan casi siempre en libertad tras declarar en los juzgados. «Las detenemos un día y al otro ya las vemos en la calle, agazapadas esperando a algún veraneante borracho para robarle», se quejó ayer un mando policial de Calvià.