Los detenidos fueron puestos a disposición judicial a primera hora de la mañana de ayer. | P. Pellicer

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Cinco de cinco. Todos los detenidos en la ‘operación Adormidera’ (a excepción de una menor que quedó en libertad el mismo día debido a su edad) ingresaron ayer en prisión tras declarar ante el juez de guardia, en Palma. El asalto de la Guardia Civil a la casa de s’Arenal ha permitido desarticular la banda que controlaba el menudeo de heroína y marihuana en la zona.

Las tres mujeres y los dos varones detenidos el jueves, a las siete de la mañana, permanecieron hasta ayer por la mañana en los calabozos de la Guardia Civil. Sobre las ocho y media, un furgón policial los recogió y los trasladó a Vía Alemania, donde todos ellos declararon ante el magistrado.

Acreditado

Los agentes no se incautaron de un gran alijo de droga, pero sí pequeñas cantidades ya manipuladas para su venta directa a los toxicómanos que visitaban la vivienda, de noche y de día. Esa circunstancia, unida a las numerosas declaraciones de yonkis que reconcieron haber comprado su dosis en la calle Torrente número 71, han sido suficientes para enviar a la cárcel a todos los acusados. Además de la vivienda asaltada, la Benemérita entró en otros pisos de la calle Milán, Formentera y un cuarto, en Palma.

La Policía Judicial y el cuartel de Llucmajor llevaban dos meses investigando discretamente a los gitanos de s’Arenal, que en ningún momento notaron nada extraño. Al menos hasta el jueves por la mañana, cuando la puerta principal del inmueble de la calle Torrente fue derribada con un ariete y una treintena de guardias irrumpieron en el interior.

Dos detalles, semanas atrás, delataron a los narcos. El primero, la peregrinación continua de yonkis en esa calle. El segundo, que habían realizado un empalme ilegal de electricidad porque tenían grandes plantaciones de marihuana que requería luz continua todo el día.