El acusado, durante el juicio en la Audiencia Provincial de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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La Audiencia ha impuesto una condena de siete años de prisión al motero que drogaba y abusaba de mujeres a las que había conocido a través de la red social Badoo. La sentencia es la primera contra el acusado, José Ángel Núñez Soria, conocido como 'Tete' que tiene denuncias de al menos otras dos mujeres.

En este caso, los hechos por los que ha sido condenado ocurrieron el 31 de agosto de 2011. El acusado fue a la casa de una mujer a la que conoció en esa red social y con la que ya había tenido una cita anterior. La víctima se había retrasado de la hora a la que habían quedado y ambos decidieron quedarse en la casa y cenar allí una ensalada y unos refrescos. El acusado preparó las bebidas y en el vaso de la mujer puso Lorazepan, un medicamento que produce, entre otros efectos somnolencia. La víctima contó que después de terminarse la bebida, el acusado salió un momento al baño y que ya no recordaba nada más entre las once y media de la noche y las dos de la tarde del día siguiente. En ese momento, se despertó confusa, con el vestido subido hasta el cuello y con dolor en sus partes íntimas. En la vivienda faltaban además un ordenador portátil, una cámara de fotos y un teléfono móvil que el acusado se había llevado. El motero se había hecho también con una tarjeta de crédito de la víctima. Con los números de este documento hizo compras por internet por más de mil euros.

El acusado fue detenido pocos días después de que se denunciaran estos hechos en un control de la Guardia Civil. Iba con otra mujer y llevaba encima el bote de medicamentos.

La sentencia considera que la versión de la víctima queda ratificada por los polvos que se encontraron en el vaso en el que bebió ella y por el análisis de orina que se le realizó en el hospital en el que se encontraron restos del somnífero.

En el juicio, el acusado dijo que las relaciones habían sido consentidas y negó el robo de los objetos. Sin embargo, tuvo complicado explicar cómo era posible que la víctima tuviera la factura de compra del ordenador que él mismo había llevado a una tienda de segunda mano. Otro elemento clave es que el propio acusado reconoció los hechos por teléfono a la víctima. Se hizo pasar por policía para intimidarla y que retirara la denuncia, por lo que también queda condenado por obstrucción a la justicia.