El ciudadano, de origen español, que permanece detenido en relación con el doble crimen de la pareja de holandeses. | ISRAEL S

TW
2

Desavenencias en los negocios son el principal móvil que baraja la policía en el caso de la muerte en Murcia de la exvoleibolista internacional holandesa Ingrid Visser y su novio, Lodewijk Severin, por la que han sido detenidos un español y dos rumanos, considerados estos últimos autores de la desaparición de la pareja.

El jefe superior del Cuerpo Nacional de Policía en Murcia, Cirilo Durán, ha informado hoy en rueda de prensa de que esta pareja, encontrada muerta anoche en un paraje de huerta de la pedanía murciana de Alquerías, y los tres detenidos se reunieron voluntariamente en un piso alquilado circunstancialmente en Molina de Segura por uno de los arrestados.

Según Durán, los cinco estuvieron juntos al menos los días 13 y 14 de mayo y se reunieron a raíz del contacto establecido con la pareja holandesa por el detenido de nacionalidad española.

El responsable policial ha añadido que no constan antecedentes policiales importantes de los detenidos, y que los dos de nacionalidad rumana, de 47 y 60 años, son, en principio, los autores materiales de la desaparición y muerte de la pareja.

Hechos

Ingrid Visser y su novio llegaron a Murcia el pasado 13 de mayo en un coche alquilado en el aeropuerto de Alicante y tenían vuelo de regreso a su país para dos días después, aunque la denuncia familiar sobre su desaparición se produjo el viernes 17, cuando comenzaron las investigaciones policiales, que dieron al expediente la calificación «de alto riesgo», ha explicado Durán.

El coche fue localizado el miércoles 22 de mayo correctamente aparcado en las cercanías del hotel donde los holandeses se hospedaban, y el análisis policial de las cámaras de seguridad de la avenida Juan Carlos I ha aportado «alguna pista» sobre la desaparición de la pareja.

Preguntado por el desplazamiento de los tres detenidos, que viven en Valencia, hasta Molina de Segura, Durán se ha remitido al secreto del sumario decretado por el titular del juzgado de instrucción número 7 de Murcia para no comentarlo.

De hecho, la detención de los presuntos autores materiales del crimen, uno a las nueve de la mañana y otro a la una del mediodía de hoy, ordenada una vez que se descubrieron anoche los cadáveres, se ha visto dificultada por las informaciones publicadas en la prensa sobre su hallazgo, según Durán.

La identificación final de los cadáveres y las causas concretas de una muerte en la que hubo una «violencia importante» están pendientes, respectivamente, del cotejo de las pruebas de ADN tomadas a los familiares de los fallecidos.

El análisis forense se está viendo dificultado por el estado en que fueron encontrados anoche los cuerpos, pues habían sido enterrados a medio metro de profundidad y estaban cubiertos de tierra, maleza y ramas que no permiten apreciar a primera vista si han sido usadas armas blancas o de fuego, ha aclarado Durán en una comparecencia seguida por varios medios de comunicación holandeses.

A partir de ahora, y con la colaboración de la policía holandesa, que facilitó a la española los posibles contactos y relaciones que Visser y Severin podían tener en Murcia, se va a cotejar de nuevo todo lo investigado hasta el momento y a requerir más información a las autoridades neerlandesas con el fin de aclarar los crímenes.

Según el relato de Durán, las primeras hipótesis de trabajo en España fueron dos: que los holandeses hubieran sido secuestrados y que el objeto de su visita a Murcia no fuera la cita médica concertada con una clínica de fertilidad de esta ciudad.

Las investigaciones llevaron el pasado sábado al piso alquilado de Molina de Segura, que dista 10 kilómetros de Murcia, donde se reunieron los dos holandeses, el español y los dos rumanos, por lo que se relacionó a estos tres últimos con la desaparición de aquellos.

Se dispuso entonces un dispositivo de vigilancia en Valencia del jueves 23 al sábado 25 de mayo, y ayer se detuvo al español, que fue quien contactó con los neerlandeses e incurrió en contradicciones durante el interrogatorio policial.

En el piso se hallaron restos biológicos que indujeron a la policía a pensar que había habido dos focos de violencia, por lo que, tras ser analizadas las muestras, se descartó el secuestro.